En los últimos años, la enfermedad mental se ha hecho más visible a nivel social. Además, “nos hemos dado cuenta de que la prevención en salud mental funciona y es coste-efectiva”, señala el doctor Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón y expresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM). En concreto, advierte, “es la prevención primaria en salud mental la que, contando con los recursos necesarios y bien hecha, puede ayudar a reducir de forma muy significativa, en más del 30%, la incidencia de trastornos mentales.
Los expertos estiman que 1 de cada 4 personas tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida. Por eso, en el marco de la celebración, el 10 de octubre, del Día Mundial de la Salud Mental desde las compañías quieren «poner de relieve la necesidad de dedicar más recursos y mejores a la prevención de los trastornos mentales.», afirma afirma Susana Gómez-Lus, directora médica de Lundbeck. «Por ello, desde nuestra compañía, abogamos también por un cambio sistémico para mejorar la vida de las personas con problemas de salud del cerebro y reducir la carga global de los millones de personas que padecen trastornos mentales», explica.
En relación con la prevención en salud mental, el doctor Arango explica que existen tres tipos fundamentales de prevención: primaria, secundaria y terciaria. «Tradicionalmente, en psiquiatría hemos hecho prevención terciaria, es decir, la que consiste en que una vez que la persona tiene un trastorno mental crónico intenta que tenga la mejor calidad de vida posible«, afirma el doctor. Pero, por otro lado, explica que mediante la prevención primaria y la secundaria podemos llegar a mejores objetivos sin elevar los costes.
La prevención secundaria, que se realiza nada más iniciarse el trastorno, con el primer episodio depresivo o psicótico en una esquizofrenia, logra mejorar el pronóstico de la patología.
Además, respecto a la prevención primaria, el doctor resalta que, «es la más ambiciosa porque es la que reduce la incidencia”. Esta puede ser universal (aplicada a toda la población), selectiva, (aplicada a un grupo de personas que tienen un factor de riesgo), o indicada a aquellas personas que tienen algún síntoma o signo.
Tanto la OMS, como la Royal College of Psychiatry o la London School of Economics, recogen muchos ejemplos de programas de intervención en salud mental que reducen el número de trastornos mentales y que son coste-efectivos. «Por cada euro que se invierte en ellos el retorno es mucho mayor, con lo que se consigue menos trastornos mentales y un ahorro al sistema público. Difícil pensar en mejor inversión», afirma el doctor.
Cuidar la salud mental desde la atención primaria
La atención primaria (AP) es un ámbito idóneo para el abordaje preventivo de los conflictos psicosociales y los trastornos mentales en general. Como destaca, la doctora Verónica Olmo, del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), «por un lado, somos el dispositivo social, junto con la escuela, con el que contacta mayor número de personas y, por otro, los pacientes con trastornos mentales o problemas psicosociales crónicos contactan con los diferentes dispositivos de AP en repetidas ocasiones. A esto se une que los problemas que no se detectan a tiempo y de forma precoz por nosotros, tienen una peor evolución y tendencia a la cronificación».
La prevención en AP se basa en la detección de factores de riesgo biológicos, como la genética, y psicológicos, como las habilidades emocionales y sociales entre las que se encuentran la pobreza, la violencia, la desigualdad, etc. que serán diferentes para cada trastorno y situaciones de vulnerabilidad.
Se ha demostrado que los programas son el doble de eficaces cuando se implementan por profesionales de la salud. “Por tanto, la prevención debería incluirse en los sistemas de atención primaria y en atención secundaria”, sugiere la doctora.
Mejora de la prevención en salud mental en España
El doctor Arango pone encima de la mesa el gasto total sanitario en España, que explica que es significativamente más bajo que el de la media europea. En concreto, un 20% menos del gasto sanitario total que la media europea.
«Hay tendencia a querer obtener resultados a corto plazo, cuando esta es una inversión a largo plazo. Y así se ha constatado en países como Dinamarca que han apostado por la prevención y ha pasado de ser uno de los países con mayor ratio de suicidio por habitante a uno de los que menos», afirma el doctor Arango.
En el caso particular de la atención primaria, la doctora Olmo llama la atención sobre que, «es imprescindible poder disponer de más tiempo en nuestras consultas, formación continuada o la presencia de un psicólogo clínico, entre otras cosas, para poder llevar a cabo la prevención y el tratamiento de los trastornos mentales leves-moderados».