¿Cómo interaccionan el síndrome de ovario poliquístico y la obesidad?

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El síndrome de ovario poliquístico es de los más frecuentes en mujeres premenopáusicas. Se asocia a la resistencia a la insulina, a la obesidad y a otros problemas cardiometabólicos. Ahora, dos nuevos estudios exploran la idea de que el exceso de andrógenos (hormonas masculinas) en mujeres se relaciona con cómo su cuerpo responde a procesos metabólicos. Es decir, podría asociar el síndrome de ovario poliquístico y la obesidad.

Masculinización del metabolismo en mujeres con síndrome de ovario poliquístico

Un primer trabajo reveló que el perfil metabolómico en sangre era diferente en hombres y mujeres. Es decir, que existía una masculinización del metabolismo intermediario en mujeres con síndrome de ovario poliquístico, lo que sugiere aún más la influencia del sexo y las hormonas sexuales en la regulación metabólica.

“Queríamos estudiar si el exceso de andrógenos en las mujeres también induce cambios a nivel metabólico, y si esta influencia se veía afectada por la obesidad” explica Mª Ángeles Martínez García, una de las investigadoras.

En el estudio participaron 53 adultos jóvenes, incluyendo mujeres con síndrome de ovario poliquístico, mujeres sin hiperandrogenismo y con ciclos menstruales regulares, y hombres sanos. La mitad de los participantes en cada grupo tenían obesidad, definida como un IMC igual o superior a 30 kg/m2. A partir del suero de muestras de sangre obtenidas en ayunas se identificaron 36 metabolitos de bajo peso molecular mediante espectroscopía de resonancia magnética nuclear de protones.

Según explica Xavier Correig, uno de los investigadores, “la metabolómica trata de comprender y analizar la composición global de los aminoácidos, ácidos grasos, carbohidratos, etcétera, en el organismo, en un momento dado, para darnos información sobre el estado de salud, la respuesta a tratamientos médicos o intervenciones dietéticas, y ayudar a identificar marcadores moleculares asociados con enfermedades o condiciones específicas”.

“Es importante destacar que el impacto negativo de la obesidad en el perfil metabolómico se limitó a las mujeres, con o sin el síndrome, ya que los hombres obesos no mostraron un deterioro adicional en comparación con los varones sin obesidad” concluye el equipo investigador.

El cuerpo de hombres y mujeres responde de manera diferente ante las comidas

Otro de los estudios llevado a cabo por el mismo equipo de investigación trataba de ahondar en las diferencias entre sexos en la respuesta postprandial tras la ingesta de distintos macronutrientes.

El análisis del perfil metabolómico indicó que las diferencias parecen ser impulsadas principalmente por los efectos de la insulina después de las comidas, y que especialmente la obesidad, y en menor medida el síndrome de ovario poliquístico, ejercen un papel modulador sobre estas respuestas, probablemente derivado de la resistencia a la insulina.

“Que nuestro cuerpo responda de manera diferente a las comidas dependiendo de si somos hombres o mujeres se debe principalmente a cómo la insulina actúa después de comer. Especialmente, si tenemos sobrepeso” explica Manuel Luque Ramírez, uno de los investigadores.

Además, añade, “la obesidad puede afectar a nuestra capacidad de adaptarnos y procesar diferentes tipos de alimentos. Pero también el sexo y las hormonas sexuales juegan un papel importante en cómo nuestro organismo regula el metabolismo tras su ingestión”.

El síndrome de ovario poliquístico y la obesidad

El síndrome de ovario poliquístico es una condición crónica que no tiene cura. Sin embargo, sus síntomas se pueden controlar y tratar con cambios en el estilo de vida, como una dieta equilibrada, ejercicio y, en algunos casos, medicamentos.

El tratamiento suele adaptarse a las necesidades individuales de cada paciente y sus objetivos, como regularizar los ciclos menstruales, mejorar la fertilidad o controlar los síntomas del hiperandrogenismo.

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