La primera vez que un paciente recibió en España una terapia de protones frente a un cáncer fue en diciembre de 2019 en el Centro de Protonterapia de Madrid de Quironsalud. Aunque lleva poco tiempo implementándose, sus resultados han despertado gran interés en los profesionales y gestores sanitarios.
De hecho, el consejero de Sanidad de Cantabria, Miguel Rodríguez, tiene como objetivo la construcción de un complejo de protonterapia dentro del Hospital Valdecilla que sea un referente a nivel internacional.
¿Qué es la protonterapia y que beneficios ofrece?
Cuando se hace mención a la protonterapia se alude a un tipo de tratamiento radioterapia. Mientras que la radioterapia convencional utiliza una alta energía de rayos X (llamados fotones) la protonterapia utiliza partículas aceleradas con una alta carga energética que ayudan a dirigir la radiación contra el tumor de forma más precisa.
La posibilidad de dirigir de forma más específica la radiación frente al tumor es debido a las características de los protones. Gracias a su masa los protones no sufren alteraciones al introducirlos en el paciente. Esto significa que la mayoría de la energía se libera en el lugar específico al que son dirigidos los protones. En cambio, con la radiación convencional la energía es liberada de tal forma que, además del tumor, otras zonas recibirán el efecto de la radiación. Es por este motivo que la terapia de protones se considera una técnica de gran precisión, ya que, permite tratar exclusivamente la zona tumoral sin irradiar al tejido y células sanas.
El beneficio más destacado de la terapia de protones es que logra atacar de forma más específica el tumor y con un grado de radiación en el resto de zonas fuera del tumor que es mínima. Esto implica otra gran ventaja de la terapia de protones y es la reducción del riesgo de efectos secundarios provocados por la radiación. Debido a que, la radiación emitida es baja e inferior al resto de tratamientos, sus efectos secundarios serán menores. En consecuencia, la calidad de vida del paciente durante y después del tratamiento mejora.
¿Para quién es apta la protonterapia?
La terapia de protones ha demostrado ser útil en especial en aquellas masas tumorales que son difíciles de acceder o que se encuentran cercanas a órganos. En estas circunstancias una mayor irradiación de células sanas y menor precisión frente al tumor puede alterar considerablemente la efectividad del tratamiento.
Aquellos pacientes más jóvenes son idóneos como perfil para recibir este tipo de tratamiento. Los niños necesitan de tratamientos poco agresivos para evitar mayores secuelas a largo plazo, ya que, su organismo que está desarrollo puede verse gravemente afectado por la radiación. Algunos efectos secundarios a largo plazo que pueden evitarse en los más jóvenes son los trastornos de aprendizaje o la pérdida de la audición. La terapia de protones sí puede provocar alguna reacción adversa a corto plazo habitual en numerosos tratamientos como el cansancio, la irritación de la piel y la caída del cabello en la zona donde se ha inoculado el tratamiento.
Los tumores para los que está recomendada esta terapia son:
- Tumores próximos al cráneo (incluyendo condromas y condrosarcomas)
- Tumores del sistema nervioso central primario o metastásicos en la médula espina
- Tumores oculares
- Tumores de cabeza y cuello avanzados
- Cáncer de mama
Además, esta terapia está indicada en pacientes con síndromes genéticos de hipersensibilidad a radiación y pacientes con retinoblastoma.