Científicos de la Universidad de Liverpool, en Reino Unido, han llevado a cabo un estudio que concluye que el envejecimiento humano podría ser beneficioso para frenar el desarrollo del cáncer.
Tras la realización del trabajo, uno de sus principales autores, Joao Pedro de Magalhaes, ha explicado que «aunque las mutaciones se acumulan con la edad y son el principal causante del cáncer, los tejidos envejecidos pueden dificultar la proliferación celular y, en consecuencia, el cáncer. Así que hay dos fuerzas opuestas: las mutaciones que impulsan el cáncer y la degeneración de los tejidos que lo impiden. Esto puede explicar por qué a edades muy avanzadas la incidencia del cáncer se estabiliza e incluso puede disminuir”.
Por su parte, el primer autor de la investigación, Kasit Chatsirisupachai, ha defendido la hipótesis de que «el tejido envejecido podría ser un mejor ambiente para que una célula cancerosa prolifere porque la célula cancerosa tendrá una ventaja evolutiva».
A pesar de que el envejecimiento es uno de los mayores factores de riesgo de tumores, los mecanismos biológicos detrás de este vínculo todavía no son seguros. Cada célula del cuerpo humano está especializada para llevar a cabo ciertas tareas y únicamente necesita expresar ciertos genes específicos para producir una proteína requerida.
Para estudiar en profundidad los mecanismos biológicos, los investigadores analizaron cómo los genes se expresan diferencialmente con la edad y en el cáncer entre nueve tejidos humanos. Una célula sana puede dividirse de manera controlada. Sin embargo, las células senescentes han perdido su capacidad de dividirse, y a medida que el cuerpo humano va envejeciendo, se incrementan, lo que provoca enfermedades relacionados con la edad.
Los resultados del informe arrojaron que, en la mayoría de los tejidos examinados, el envejecimiento y la expresión génica del cáncer cambiaron en la dirección opuesta. Estos conjuntos de genes superpuestos estaban relacionados con varios procesos, principalmente el ciclo celular y el sistema inmunológico. Además, la senescencia celular cambió en la misma dirección que el envejecimiento y en la dirección opuesta a las señales de cáncer.