El ojo seco es un trastorno o enfermedad crónica, caracterizado por un descenso en la producción de lágrimas o por su excesiva evaporación, y que afecta ya a más de 5 millones de españoles. En el 86% de los casos, sus causas se asocian a una disfuncionalidad en las glándulas de Meibomio, unas glándulas lagrimales situadas en el borde interior de los párpados, que dejan de producir la capa de grasa que evita la evaporación de la película lagrimal, aunque existen otras causas externas como la contaminación, el uso excesivo de lentes de contacto o el uso excesivo de pantallas.
Los síntomas del ojo seco, como la fatiga ocular, la mala visión o visión borrosa, el ardor o sensación de arenilla en la superficie ocular, afectan a la calidad de vida personal y laboral y, en casos extremos, pueden desembocar en ansiedad o depresión. Por ello, supone un factor de riesgo para estas enfermedades
En consecuencia, los hábitos vinculados a la pandemia, como pasar más tiempo delante de pantallas o permanecer en espacios interiores han empeorado la salud ocular de los españoles, y han aumentado los casos de ojo seco. Esta es una conclusión del Informe “#VisióndeFuturo: la salud ocular en tiempos de coronavirus”, elaborado por un grupo de trabajo de cinco clínicas de referencia españolas y portuguesas a partir de una encuesta a más de medio centenar de médicos especialistas en Oftalmología.
De acuerdo con el informe, los trastornos de ojo seco se han incrementado según indican un 60% de los oftalmólogos. El uso frecuente de mascarillas incrementa la sequedad ocular y disminuye la cantidad de lágrimas, pero también dedicar mucho tiempo frente a pantallas o trabajar muy intensivamente con el ordenador, al disminuir la frecuencia de parpadeo.
Los hábitos vinculados a la pandemia han dejado claro que la enfermedad de Ojo Seco afecta sobre todo a adultos, pero en los últimos años se ha detectado que existe una incidencia creciente en los niños y jóvenes debido a su estilo de vida actual. Pasan grandes periodos de tiempo delante de pantallas, existe más contaminación, trabajan o estudian en ambientes secos producidos por la climatización (aire acondicionado, calefacción por aire, etc.) y siguen una dieta con más presencia de carnes rojas (Omega 6) que pescados o verduras (Omega 3).
Todos estos hábitos o costumbres hacen que el ojo deje de parpadear y se seque. Por ello, los expertos recomiendan que, para descansar la vista y ayudar a la correcta hidratación del ojo, hay que seguir la regla del 20-20-20: “cada 20 minutos de trabajo con el ordenador, mirar durante 20 segundos a lo lejos, a una distancia de 20 pies (6 metros). El descanso visual es fundamental para reducir los síntomas del ojo seco”, explica la Dra. Martínez de Carneros, una de las participantes del Informe #VisióndeFuturo.
¿Cómo tratar el Síndrome del Ojo Seco en niños?
El síndrome del Ojo Seco es una patología ocular de origen multifactorial con una prevalencia casi exclusiva en adultos, aunque es más frecuente de lo que se piensa entre los niños. Muchas veces esta enfermedad era confundida con conjuntivitis alérgica al compartir ciertos síntomas, pero cada vez se detectan más casos de ojo seco en pacientes pediátricos.
La necesidad que tienen hoy en día los niños de tener acceso a dispositivos móviles u ordenadores ha hecho que aumenten los casos de esta patología puesto que, si un ojo sano debe parpadear 20-22 veces por minuto, un niño delante de una pantalla puede reducir su frecuencia a 6-7 veces durante un tiempo relativamente prolongado.
Si al excesivo uso de las pantallas, se añade la contaminación, la calefacción o el aire acondicionado aumenta el riesgo de que el niño padezca la enfermedad de Ojo Seco. Debido a esto, hay un incremento de orzuelos, conjuntivitis y otras infecciones en la superficie del ojo debido a que los niños tienden a rascarse los ojos.
El tratamiento en este caso está claro, al estar a tiempo de cambiar los hábitos y que la enfermedad sea reversible. En primer lugar, se debe consultar a un especialista ante los primeros síntomas como picor, escozor y sequedad. Mientras, se pueden usar lágrimas artificiales que permitirán mantener el ojo hidratado.
La dieta es clave para mejorar la salud ocular. Incluir Vitamina A diariamente y reducir el consumo de alimentos no recomendados por los expertos. Por otro lado, a la hora de realizar actividad física al aire libre, lo mejor será protegerse con unas gafas de sol adecuadas o una gorra.
Consejos para prevenir el Ojo Seco
La prevención es fundamental para así evitar la necesidad de un tratamiento. Esto pasa por establecer unas horas máximas de uso de dispositivos tecnológicos y, si no es una solución posible, alejar las pantallas de la vista de los niños.
Además, se debe descansar la vista y parpadear más, siguiendo la regla de 20-20-20 y cerrando el ojo completamente en cada parpadeo. Por otro lado, y como ya se ha insistido, mejorar la dieta con más verduras y pescado azul que carne roja.
Por último, humidificar el aire en el hogar es clave si se usa de forma constante la calefacción o el aire acondicionado. Ventilar también es una buena opción y, lo más importante, evitar fumar delante de los niños. En definitiva, ante el mínimo síntoma del niño, lo mejor será acudir a un especialista para descartar otras patologías o enfermedades y poder poner freno al Síndrome del Ojo Seco.