¿Has experimentado alguna vez una dificultad para tragar alimentos sólidos o líquidos? Si es así, lo más probable es que padezcas disfagia, una condición médica caracterizada por la imposibilidad de alimentarse correctamente al no poder tragar bien.
Por tanto, el proceso de mover los alimentos o los líquidos de la boca al estómago requiere más tiempo y esfuerzo. El proceso de la deglución que comienza en la boda no puede finalizarse ya que los alimentos no pueden llegar al estómago.
Las neuronas controlan una serie de contracciones o relajaciones de la musculatura y cuando estas fallan impiden que, de manera coordinada, se produzca el proceso de la deglución. Cualquier alteración o retraso neurológico-muscular puede provocar una incoordinación en el movimiento del bolo alimenticio o un error en la dirección del bolo, el cual, en lugar de descender por el esófago, puede pasar a la vía respiratoria y causar complicaciones graves de salud.
La dificultad ocasional para tragar, que puede producirse cuando se come demasiado rápido o no se mastica la comida lo suficientemente bien, no suele ser motivo de preocupación. Sin embargo, la disfagia persistente puede indicar una enfermedad grave que requiere tratamiento.
La disfagia puede ocurrir a cualquier edad, por lo que hay que prestar atención a cualquier síntoma, pero es más frecuente en adultos mayores. Las causas de los problemas para tragar varían, y el tratamiento depende de la causa.
Tipos de disfagia
Existen dos tipos de disfagia de acuerdo a dos dificultades diferentes para tragar. Por un lado se encuentra la disfagia orofaríngea que es la que se origina en la faringe y que provoca una constante aspiración de alimentos, que pasan a la tráquea y, por tanto, al sistema respiratorio. De esta forma se produce un atragantamiento.
Por otro lado, el segundo tipo es la disfagia esofágica, en la que la complicación aparece mientras el bolo atraviesa el esófago. En casos graves, puede haber vómito constante que imposibilite completamente la nutrición.
Síntomas de la disfagia
Para iniciar la deglución y tragar son necesarios más de 50 pares de músculos de la garganta y nervios. La disfagia puede ser consecuencia de una enfermedad existente. generalmente se presta más importancia a la enfermedad de base que provoca esta alteración, como es el ictus, el cáncer de cabeza y cuello, las lesiones cerebrales, la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson, o a otros factores relacionados con el envejecimiento. En estos casos se instaura lentamente por lo que cuesta evaluarla.
Sin embargo, si los pacientes con disfagia conocen bien los síntomas se podrá iniciar antes un tratamiento:
- Tos durante y después de la ingesta de alimentos
- Atragantamiento
- Presencia de residuos de alimentos en la boca o lengua
- Sensación de atasco en la garganta con un carraspeo frecuente
- Mayor producción de saliva y, como consecuencia babeo
Además de estos síntomas hay que atender otros como la modificación de la dieta para evitar alimentos difíciles de tragar o una pérdida de peso de manera involuntaria.
Tratamiento para la disfagia
Aunque las dificultades para deglutir no se pueden prevenir, puedes reducir el riesgo de padecer dificultades para deglutir si comes lentamente y masticas bien los alimentos. Según últimos estudios, la disfagia dificulta la recuperación de los pacientes de COVID-19, por lo que prevenirla puede ser clave si se llega a contagiar.
A día de hoy, todavía no existe nunca cura total, aunque sí existen medidas para aliviar los síntomas. La clave para un tratamiento exitoso es hacer que sea más fácil para el paciente tragar cuando come o bebe. Algunos medicamentos están diseñados para relajar los músculos esofágicos, facilitando la deglución, sin embargo, los efectos son sólo temporales.
Si no, otras opciones de tratamiento son, por un lado las inyecciones de Botox, la cirugía o, en última instancia la dilatación del músculo. Sin embargo, recuerda que ante cualquier duda, acude a los profesionales de la salud para que te recomienden el mejor tratamiento para el tipo de disfagia.