La Resonancia Magnética Nuclear (RMN) es una prueba diagnóstica que permite obtener múltiples imágenes detalladas del interior del cuerpo desde cualquier perspectiva que, al ser posteriormente procesadas en un ordenador, aportan información valiosa sobre patologías que no pueden verse con una ecografía o tomografía axial computarizada (TAC).
La RMN es una prueba segura y sencilla para los pacientes. Consiste en la generación de un campo electromagnético mediante el uso de un gran imán y ondas electromagnéticas que, a diferencia del TAC, no emite radiación perjudicial ni radiofármacos.
¿Cuándo se necesita una resonancia magnética nuclear?
El médico puede solicitar una RMN en lugar de una tomografía computarizada por varias circunstancias, sobre todo cuando es necesario detectar con mayor precisión:
- Fracturas o daños sufridos tras un golpe
- Tumores
- El estado de los huesos de la cadera y de la pelvis
- Problemas en los órganos reproductores femeninos
- Problemas en el cerebro, médula espinal, músculos e hígado
¿Cómo se realiza la prueba RMN?
La resonancia magnética nuclear no requiere de una preparación previa, aunque en algunos casos es necesario que el paciente evite la ingesta de determinados alimentos previos a la prueba. Es importante que, si se va a realizar mediante contraste, los pacientes informen previamente al médico si son personas con alergia al contraste iodado, si se encuentran en un estado de embarazo y lactancia, si padecen de insuficiencia renal o si tienen algún dispositivo metálico implantado en el cuerpo como una prótesis.
Para realizar la prueba, el paciente deberá ingresar desnudo a la sala de radiología sin ningún objeto metálico (collares, relojes, pendientes, etc.) porque podría interferir con las imágenes radiológicas. Luego deberá colocarse una bata y acostarse en la camilla que se irá desplazando lentamente hacia el interior del escáner. Una vez en el interior del escáner, el paciente deberá permanecer inmóvil hasta que la prueba finalice y, en caso de que el técnico de radiología lo solicite, en algún momento deberá dejar de respirar por unos segundos. Al finalizar la prueba, el paciente podrá volver a realizar sus actividades habituales.
La duración de la resonancia magnética nuclear dependerá de la zona anatómica a estudiar y de la cantidad de imágenes que se necesiten para realizar el estudio, pero en la mayoría de los casos su duración es entre 30 y 60 minutos aproximadamente.