Estos son los efectos de la contaminación lumínica en la salud

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Contaminación lumínica

Que la luz eléctrica ha supuesto una revolución para la humanidad aportándole un sinfín de beneficios es incuestionable, pero también empieza a serlo que tiene una influencia decidida sobre la salud humana un fenómeno conocido como contaminación lumínica, o lo que es lo mismo: el resplandor o brillo que se produce en el cielo nocturno por la difusión incontrolada de la luz artificial.

Se ha demostrado que la exposición a la luz por la noche altera el reloj circadiano. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos (NIH) recoge en un informe que este ciclo día/noche de 24 horas afecta los procesos fisiológicos que incluyen patrones de ondas cerebrales, producción de hormonas, regulación celular y otras actividades biológicas. Y es que, como señala Paolo Sassone-Corsi, presidente del Departamento de Farmacología de la Universidad de California, “los estudios muestran que el ciclo circadiano controla del diez al quince por ciento de nuestros genes”.

En este sentido, “la interrupción del reloj circadiano está relacionada con varios trastornos médicos en los seres humanos, como la depresión, el insomnio, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer”, agrega.

Según Beatriz Baño, del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia, entre los sincronizadores más importantes de este reloj circadiano se encuentra la alternancia luz-oscuridad: “Este reloj central ha de transmitir la señal temporal rítmica a todos los órganos y tejidos a través de distintas salidas, entre ellas, la hormona melatonina”.

Influencia en el cáncer

Esta hormona, agrega, muestra valores bajos durante el día y elevados durante la noche. Sin embargo, “sus funciones van más allá de informar al organismo de la llegada de la noche, sino que además se ha descrito como un agente antioxidante, inmunoestimulante y oncostático en determinados tipos de cáncer”.

La propia Comisión Europea apunta que hay evidencia de que la exposición a luz nocturna en empleadas que trabajan en turnos rotativos de noche, posiblemente a través de la supresión de la melatonina y la alteración circadiana, puede aumentar el riesgo de cáncer de mama.

El cuerpo produce melatonina por la noche y los niveles de esta hormona se reducen drásticamente en presencia de luz artificial o natural. “Numerosos estudios sugieren que la disminución de los niveles de producción nocturna de melatonina aumenta el riesgo de desarrollar cáncer”, recoge el informe mencionado anteriormente de la NIH.

Además, un estudio realizado en Israel comparó fotos satelitales que medían la luz nocturna con los casos de cáncer de mama y pudo establecer una correlación estadísticamente significativa entre la luz artificial exterior durante la noche y el cáncer de mama. “Las mujeres que vivían en vecindarios donde había suficiente luz para leer un libro al aire libre a medianoche tenían un riesgo 73 % mayor de desarrollar cáncer de mama que las que residían en áreas con menos iluminación artificial al aire libre”.

Otras patologías vinculadas a la contaminación lumínica

En el informe Dark and Quiet Skies for Science and Society, participado por Naciones Unidas, señala que a nivel global se está “experimentando una epidemia de obesidad y diabetes que puede verse influida por la falta de sueño, la falta de oscuridad y/o la interrupción del ritmo circadiano”. Hace referencia a varios estudios que prueban que los trabajadores por turnos tienen una mayor incidencia de diabetes y obesidad; asociaciones entre la duración del sueño y el riesgo de obesidad y diabetes; y vínculos entre el ritmo circadiano y el metabolismo. Además, la incidencia de enfermedades cardiovasculares y obesidad se asocia con la exposición a fuentes de luz más brillantes en la tarde o la noche.

Además, apunta que hay “evidencia emergente” que sugiere que otras afecciones crónicas también pueden verse exacerbadas por la exposición a la luz nocturna y la interrupción continua de los ritmos circadianos, incluidas la depresión y los trastornos del estado de ánimo; los problemas gastrointestinales y digestivos, y trastornos cardiovasculares y las funciones reproductivas.

Una investigación realizada en Corea del Sur determinó una asociación significativa entre la intensidad de la iluminación exterior, artificial y nocturna y la prevalencia del insomnio. El doctor Kyoung-bok Min, profesor asociado en el Departamento. de Medicina Ambiental y Ocupacional en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Seúl en Corea del Sur, ha señalado que sus resultados «son datos que respaldan que la luz nocturna artificial exterior podría estar relacionada con la privación del sueño entre quienes están dentro de la casa».

Influencia en otras especies

Una investigación de la Universidad del Sur de Florida (USF) publicada el año pasado en Proceedings of the Royal Society consiguió demostrar que la contaminación lumínica está impulsando patrones de enfermedades infecciosas en la naturaleza. El equipo de investigación determinó previamente que los mosquitos y las aves se sienten atraídos por la luz, lo que aumenta en gran medida la probabilidad de que propaguen el virus del Nilo Occidental a animales y humanos. Sus nuevos hallazgos, contrastan con estudios previos que han culpado a la urbanización debido a su densidad de población humana y puntos críticos de reproducción, como los sistemas de drenaje.

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