La escarlatina es una infección bacteriana que a menudo se asocia con la fiebre escarlata. Aunque ha disminuido significativamente en frecuencia en comparación con décadas anteriores, sigue siendo una preocupación para padres y cuidadores. Esta enfermedad, causada por la bacteria Streptococcus pyogenes, presenta una serie de síntomas característicos y puede plantear la pregunta: ¿La escarlatina es contagiosa?
¿La escarlatina es contagiosa?
La respuesta a esta pregunta es sí, la escarlatina es contagiosa. Esta enfermedad se propaga a través de la transmisión de la bacteria Streptococcus pyogenes, también conocida como estreptococo del grupo A. La bacteria se propaga a través del contacto cercano con una persona infectada, ya sea a través de la tos, los estornudos, el contacto directo con las secreciones de la garganta o incluso tocando objetos contaminados por la bacteria.
Es importante destacar que la escarlatina es especialmente contagiosa durante la etapa inicial de la infección, cuando los síntomas aún no son evidentes. Durante esta fase, una persona infectada puede transmitir la bacteria a otras sin siquiera saberlo. Por lo tanto, es crucial tomar medidas de precaución, como lavarse las manos regularmente y evitar el contacto cercano con personas enfermas.
Síntomas de la escarlatina
La escarlatina es conocida por presentar una serie de síntomas característicos que pueden ayudar a identificar la enfermedad. Estos síntomas suelen aparecer entre 1 y 4 días después de la exposición a la bacteria Streptococcus pyogenes. Los síntomas comunes de la escarlatina son:
- Fiebre: La fiebre alta es uno de los primeros signos de escarlatina. Puede ser repentina y alcanzar temperaturas de 38 grados Celsius o incluso más.
- Dolor de garganta: La garganta suele estar roja y dolorida, similar a lo que se experimenta en una faringitis estreptocócica común.
- Erupción cutánea: Comienza como pequeños puntos rojos en el cuello y el pecho, y luego se extiende por el cuerpo. La piel puede sentirse áspera al tacto.
- Lengua de fresa: La lengua de fresa es otra característica distintiva de la escarlatina. La lengua puede volverse roja y con bultos.
- Amígdalas inflamadas: Las amígdalas pueden inflamarse y presentar un aspecto cubierto de pus en algunos casos.
- Malestar general: Los pacientes con escarlatina a menudo se sienten muy cansados y débiles. Pueden experimentar dolores de cabeza y malestar general.
- Vómitos y náuseas: Algunas personas con escarlatina pueden experimentar vómitos y náuseas, especialmente en los casos más graves.
- Ganglios linfáticos inflamados: Los ganglios linfáticos en el cuello pueden hincharse y volverse sensibles en respuesta a la infección.
Tratamiento de la escarlatina
El tratamiento de la escarlatina generalmente implica la administración de antibióticos, como la penicilina o la amoxicilina, para eliminar la infección bacteriana. Es fundamental que los pacientes completen todo el curso de antibióticos prescrito por su médico, incluso si los síntomas mejoran antes de finalizar el tratamiento.
Además del tratamiento con antibióticos, existen algunas medidas que pueden ayudar a aliviar los síntomas y promover la recuperación:
- Descanso: Es esencial descansar para permitir que el cuerpo combata la infección de manera efectiva.
- Hidratación: Beber líquidos tibios, como té, caldo o agua, puede ayudar a mantener hidratado al paciente y aliviar la garganta dolorida.
- Medidas de higiene: Practicar una buena higiene, como lavarse las manos regularmente y cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, es importante para prevenir la propagación de la enfermedad a otros.
Es crucial que las personas con síntomas de escarlatina busquen atención médica para un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno. La escarlatina no debe ser subestimada, ya que puede provocar complicaciones graves si no se trata adecuadamente.
Complicaciones de la escarlatina que debes saber
Si la escarlatina no se trata adecuadamente, pueden desarrollarse complicaciones graves. Algunas de las complicaciones potenciales de la escarlatina pueden ser:
- Fiebre reumática: La fiebre reumática es una complicación que puede afectar al corazón, las articulaciones, la piel y el sistema nervioso. Puede causar daño cardíaco permanente.
- Glomerulonefritis aguda: Esta afección afecta los riñones y puede provocar insuficiencia renal.
- Abscesos periamigdalinos: Pueden formarse abscesos en las amígdalas, que pueden requerir drenaje quirúrgico.
- Infecciones secundarias: Las infecciones secundarias, como la neumonía, la otitis media o la sinusitis, son más propensas a ocurrir en personas con escarlatina no tratada.
¿Cómo prevenir la escarlatina?
La prevención de la escarlatina implica la prevención de la infección por Streptococcus pyogenes. Aquí hay algunas medidas clave para reducir el riesgo de contraer o propagar la enfermedad:
- Buena higiene: Lávese las manos regularmente con agua y jabón, y evite tocarse la cara, especialmente la boca y los ojos.
- Evite el contacto cercano con personas enfermas: Si alguien en su hogar o entorno cercano tiene escarlatina, evite el contacto cercano hasta que estén en tratamiento y no sean contagiosos.
- Vacunación: Aunque no existe una vacuna específica contra la escarlatina, las vacunas contra la difteria y el tétanos también pueden proporcionar cierta protección, ya que estas enfermedades a menudo ocurren junto con la escarlatina.
Fuentes:
- Escarlatina – síntomas y causas – Mayo Clinic. (2022, 11 agosto). Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/scarlet-fever/symptoms-causes/syc-20377406
- La Escarlatina | CDC. (s. f.). https://www.cdc.gov/groupastrep/diseases-public/scarlet-fever-sp.html
- Escarlatina: síntomas, diagnóstico y tratamiento. Clínica Universidad de Navarra. (s. f.). https://www.cun.es. https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/escarlatina