Los ingresos por ictus se reducen un tercio con la crisis del coronavirus

La Sociedad Española de Neurología (SEN) pide a la población que no deje de acudir a los servicios de urgencia ante los primeros síntomas de ictus, a pesar de la pandemia por COVID-19.

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ingreso hospitalario

En este mes de marzo podría haberse reducido hasta en un tercio el número total de ingresos por ictus respecto al mes anterior (febrero de 2020), según una encuesta que la Junta Directiva de la Sociedad Española de Neurología (SEN) ha llevado a cabo en 18 hospitales de 11 Comunidades Autónomas españolas.

Ante estos datos, la SEN recuerda que, independientemente de la situación actual, es muy importante que los pacientes no retrasen su llegada al hospital por miedo a utilizar los servicios de urgencia o acudir a los centros sanitarios, ya que la atención neurológica urgente y el tratamiento adecuado en Unidades de Ictus pueden reducir las consecuencias devastadoras de esta enfermedad neurológica.

En palabras de la Dra. María Alonso de Leciñana, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN, «el ictus sigue siendo una urgencia médica. El retraso en la llegada al hospital para recibir el tratamiento adecuado es uno de los factores que más negativamente influyen en el pronóstico de esta enfermedad».

“A pesar de que actualmente los hospitales están volcados con la pandemia COVID-19, las enfermedades urgentes, como es el ictus, se siguen atendiendo exactamente igual y sigue habiendo neurólogos a disposición de todas aquellas personas que necesiten una atención urgente. Los sistemas de Código Ictus siguen funcionando y cada minuto es vital para reducir la mortalidad, la dependencia y la necesidad de cuidados institucionales en los pacientes con ictus”, señala la Dra. Alonso de Leciñana.

Una atención adecuada reduce sus consecuencias

El ictus es la segunda causa de muerte en España (la primera en mujeres), la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda de demencia. Según datos de la SEN, cada año 110.000-120.000 personas sufren un ictus en nuestro país, de los cuales un 50% quedan con secuelas discapacitantes o fallecen. 

No obstante, en los últimos años el tratamiento del ictus en su fase aguda ha incorporado nuevas medidas terapéuticas que, si son administradas en las primeras horas, aumentan considerablemente la probabilidad de recuperación neurológica: la probabilidad de fallecer o quedar con una discapacidad grave pueden reducirse a la mitad.

Un solo síntoma de ictus es una urgencia

Ante la primera sospecha es necesario llamar inmediatamente al 112 o al 061, o en caso de que actual situación no permita el contacto con este servicio, acudir rápidamente al hospital, aunque los síntomas desaparezcan a los pocos minutos.

Los principales síntomas del ictus son:

  • Pérdida de fuerza repentina de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
  • Trastorno repentino de la sensibilidad, sensación de “acorchamiento u hormigueo” de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
  • Pérdida súbita de visión parcial o total en uno o ambos ojos.
  • Alteración repentina del habla, dificultad para expresarse y ser entendido por quien nos escucha.
  • Dolor de cabeza súbito de intensidad inhabitual y sin causa aparente.
  • Sensación de vértigo, desequilibrio si se acompaña de cualquier síntoma anterior.

Además, la SEN insiste en que durante el confinamiento sigue siendo recomendable llevar a cabo hábitos de vida saludables para prevenir la aparición de esta enfermedad neurológica: ejercicio moderado, dieta sana y equilibrada, que todos los pacientes con factores de riesgo vascular (hipertensión, diabetes, colesterol, obesidad) sigan realizando un control estricto de los mismos y que no dejen de tomar los tratamientos indicados. 

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