Más de 1.600 personas han muerto por el último brote de ébola en la República Democrática del Congo (RDC). Debido a su gravedad, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha declarado que el brote es una emergencia de salud pública de interés internacional.
“Necesitamos trabajar juntos en solidaridad con la RDC para poner fin a este brote y construir un mejor sistema de salud”, ha explicado Tedros. “Durante casi un año se ha realizado un trabajo extraordinario en las circunstancias más difíciles. Ahora debemos asumir una mayor parte de la carga”.
La declaración se produjo después de una reunión del Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional para la enfermedad de Ebola en el país. Esta fue la cuarta reunión del Comité de Emergencia desde que se declaró el brote el 1 de agosto de 2018.
“Es esencial evitar las consecuencias económicas punitivas de las restricciones a los viajes y al comercio de las comunidades afectadas”, ha afirmado Robert Steffen, presidente del Comité de Emergencia.
Una de las patologías más mortíferas
Al recomendar la emergencia internacional, el comité hizo recomendaciones específicas. “Esta declaración no debe ser usada para estigmatizar o penalizar a las personas que más necesitan nuestra ayuda”, ha indicado Tedros.
El ébola, causado por el virus del mismo nombre, es una de las patologías más mortíferas para el ser humano. En 2014, varios países de África occidental sufrieron una epidemia sin precedentes que se saldó con casi 30.000 infectados y más de 11.000 muertos.
Fue identificado por primera vez en 1976, a raíz de brotes simultáneos en los pueblos de Nzara (Sudán) y Yambuku (Zaire, actual República Democrática del Congo). Desde entonces se han registrado unos 30 brotes o epidemias, mayoritariamente en el continente africano, con una mortalidad superior al 90% en sus cepas más letales.
El ébola no se transmite por el aire, sino que se produce por contacto con fluidos corporales. Por ello, tanto las familias como el personal sanitario son los más vulnerables. No hay un tratamiento específico contra el virus y hasta hace poco tampoco había vacuna.