Cada 5 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hipertensión Pulmonar con el objetivo de concienciar a la población sobre esta enfermedad que afecta a aproximadamente 25 millones de personas en todo el mundo. Se trata de una patología progresiva e incurable que todos debemos conocer para poder detectarla a tiempo.
¿Qué es la Hipertensión Pulmonar?
La hipertensión pulmonar consiste en un incremento de la presión en las arterias de los pulmones. Los vasos sanguinos que se dirigen del corazón a los pulmones se estrechan y endurecen. Por tanto, el corazón debe bombear la sangre con más fuerza, realizando más esfuerzo, para cumplir con su función. Este esfuerzo pasa factura ya que el corazón se debilita y se produce insuficiencia cardiaca.
Por tanto, se produce una ralentización del flujo sanguíneo a través de los pulmones y aumenta la presión arterial. En algunas personas, la hipertensión pulmonar empeora lentamente y puede poner en riesgo la vida. Aunque no existe cura para algunos tipos de hipertensión pulmonar, el tratamiento puede ayudar a reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Síntomas y prevención de la enfermedad
Esta patología incurable presenta unos síntomas claros que pueden hacernos sospechar que sufrimos Hipertensión Pulmonar. Alguno de estos signos son:
- Dificultad para respirar ya que los pulmones no realizan correctamente su función de intercambio de gases. Un estudio demostró que las mujeres expuestas a la contaminación tienen mayor riesgo de sufrir hipertensión.
- Presión en el pecho que puede convertirse en dolor.
- Aceleración del ritmo cardiaco.
- Fatiga y cansancio que muchas veces van acompañados de mareos.
- Inflamación de tobillos y piernas.
Si la enfermedad se agrava se pueden desarrollar sangrados, arritmias e insuficiencia cardiaca. Sin embargo, esta es una enfermedad que, siguiendo las correctas recomendaciones, se puede prevenir. Es importante seguir una dieta equilibrada evitando el sobrepeso. Además, es importante realizar ejercicio.
En el caso de que existan antecedentes, es importante realizar visitas rutinarias al médico especialista para llevar un control del estado de salud. Recuerda evitar el consumo de drogas y otras sustancias que puedan inhibir el apetito.
Tratamiento de la Hipertensión Pulmonar
En algunos casos, es suficiente con tratar la causa de la hipertensión pulmonar. La decisión del tipo de tratamiento depende de la causa y de la gravedad de la enfermedad. En general, se suele recurrir a fármacos y si el tratamiento no es efectivo, se requiere la administración de un tratamiento mediante infusión continua subcutánea. En última instancia, si los tratamientos anteriores no resultaran efectivos, habría que recurrir a un trasplante pulmonar.