Cada vez escuchamos más la palabra fibroma uterino. No obstante, lo vemos como una realidad muy lejana. Esto, con el paso del tiempo está cambiando ya que son cada vez más las mujeres que padecen fibromas uterinos.
¿Qué es un fibroma uterino?
Los fibromas uterinos son tumores benignos o no cancerosos que aparecen en las paredes del útero durante los años fértiles de las mujeres. Son también conocidos como leiomiomas o miomas y consisten en un conjunto de células musculares o tejidos que se acumulan en las paredes del útero.
Los fibromas varían en tamaño y número. Pueden llegar a ser indetectables para el ojo humano, pero también pueden ser masas voluminosas que pueden distorsionar y agrandar el útero. Además, pueden crearse más de uno.
Muchas mujeres tienen fibromas a lo largo de su vida que pasan inadvertidos ya que en muchos casos no generan síntomas. Solo durante un examen pélvico o una ecografía prenatal podrían ser descubiertos.
Los fibromas uterinos casi nunca son cancerígenos y no aumentan tus posibilidades de contraer otros tipos de cáncer como el de útero. Sin embargo, si pueden causar dolor pélvico, sangrado abundante durante el periodo, sangrado entre periodos, dolor de espalda y en algunos casos infertilidad o abortos espontáneos.
Causas y síntomas del fibroma uterino
Realmente, se desconoce la causa de su aparición. Entre algunos factores de riesgo se encuentran la raza afroamericana y el exceso de peso, pero no son determinantes. Además, se tienen en cuenta los cambios genéticos, las hormonas y otros factores de crecimiento.
Por otro lado, muchas mujeres que tienen fibromas no tienen ningún síntoma. En las que sí tienen, los síntomas pueden verse influenciados por la ubicación, el tamaño y número de fibromas que padezca.
Los signos más comunes son:
- Sangrado menstrual abundante y doloroso
- Períodos menstruales que duran más de una semana
- Presión o dolor pélvico, sobre todo durante las relaciones sexuales
- Necesidad de orinar con frecuencia y dificultad para vaciar la vejiga
- Estreñimiento
- Dolor de espalda o de piernas
- Problemas reproductivos
Diagnóstico y tratamiento
El especialista puede encontrar el fibroma durante un examen ginecológico rutinario. Se suele realizar una ecografía para la confirmación de la presencia del fibroma. Se utilizan ondas sonoras para obtener una imagen del útero para confirmar el diagnóstico.
Otras pruebas diagnósticas son el análisis, la resonancia magnética, la histeroecografía, la histeroscopia o la histerosalpingografía.
Una vez diagnosticado, el tratamiento dependerá de la edad, la salud, los síntomas, el tamaño y el número. Si no te causa síntomas, es probable que no se inicie ningún tipo de tratamiento. En algunos casos de sangrado abundante se recomienda la píldora anticonceptiva, aunque no reducirá ni curará el fibroma.
En algunos casos se estudia la cirugía, pero solo en aquellos en los que los síntomas sean realmente graves. Se realizará una miomectomía, es decir, la extracción del fibroma, o la ablación endometrial en la que se destruye el revestimiento del útero. En ciertas ocasiones se realiza una histerectomía en la que se extirpa todo el útero.
