Un buen control de la diabetes es fundamental. Si esta no se trata a tiempo puede producir complicaciones asociadas muy graves. Enfermedades cardiovasculares, trastornos renales o retinopatía diabética con pérdida de visión son algunas de las patologías que hacen más dependientes a las personas que las padecen.
Esta patología es considerada una pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sólo en nuestro país, en torno al 14% de la población padece diabetes, lo que supone cerca de 6 millones de personas. De ellas, entre el 90-95% tiene diabetes tipo 2.
En concreto, la diabetes está considerada como una de las principales causas de muerte en España debido al importante riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular. Y es que la diabetes tipo 2 es en sí misma un factor de riesgo cardiovascular. La hiperglucemia y la insulinoresistencia, propias de la diabetes, tienen un efecto directo produciendo arteriosclerosis, así como alteraciones en la coagulación de la sangre y en el endotelio vascular.
Diabetes y riesgo cardiovascular
El infarto agudo de miocardio o el ictus son algunas de las enfermedades cardiovasculares más frecuentes en las personas con diabetes tipo 2. Este tipo de diabetes está relacionado con el síndrome metabólico, una serie de factores de riesgo que en conjunto provocan importantes problemas de salud.
Por lo general, se trata de personas con obesidad abdominal que, si además tienen unos malos hábitos de vida, suelen desarrollar, además de diabetes, hipertensión, dislipemia, etc. Y todo esto afecta a los vasos sanguíneos, favoreciendo la aparición de la placa de ateroma. Esta placa provoca que el flujo de la sangre cada vez sea menos fluido y que los vasos puedan acabar obstruyéndose.
Estos motivos son más que suficientes para ver la importancia que tiene la diabetes tipo 2. Un control inadecuado de la misma puede originar trastornos y complicaciones graves para la salud.
Si no se controla la glucemia postprandial
La glucemia postprandial es el valor de glucosa en sangre tras hora y media o dos horas después de comer. El control de la misma es clave para retrasar o evitar complicaciones.
Las posibles consecuencias de un mal control de la glucemia postprandial son:
- Aumenta el riesgo de retinopatía.
- Crece el riesgo de engrosamiento de la carótida.
- Es un factor de riesgo independiente de eventos macrovasculares.
- Reduce el flujo sanguíneo en el miocardio.
- Produce estrés oxidativo, inflamación y disfunción endoletial.
Por tanto, no sólo es importante comer correctamente, sino también ajustar la dosis de insulina en función de lo que se va a comer.
Sin ajustar la glucemia postprandial es muy difícil alcanzar un buen control glucémico. El mismo afecta positivamente a los niveles de hemoglobina glicosilada (HbA1c) eliminando “picos y valles” glucémicos y, en consecuencia, mejorando la calidad de vida.
Para un mejor control de la diabetes
Tanto para prevenir como para el tratamiento de la diabetes, la dieta y el ejercicio son pilares básicos. En cuanto a los hábitos nutricionales, nuestra dieta mediterránea se está consolidando como el patrón de dieta que ofrece más beneficios. Pero siempre estableciendo objetivos individualizados.
Sobre el ejercicio físico, el mismo dependerá de la edad, el nivel de entrenamiento físico y la existencia de otras patologías. En general, se recomienda realizar ejercicio físico moderado durante 30 min al menos 3-5 días a la semana. Por ejemplo, caminar a diario.
En cualquier caso, el abordaje de la diabetes ha pasado de buscar sólo el control glucémico de la persona con diabetes a llevar a cabo un abordaje global de la misma. Así que, para evitar las importantes consecuencias que puede tener un mal control de la enfermedad, es importante buscar alternativas de tratamiento adaptadas a la vida de cada paciente. De esta forma se alcanzará un control de la diabetes eficaz que mejore su calidad de vida.