San Sebastián ha acogido las Jornadas “Avances en Onco-hematología”, organizadas con la colaboración de Janssen, donde se ha puesto de manifiesto que el mejor conocimiento biológico y genético de los cánceres de la sangre y la administración de terapias dirigidas innovadoras están mejorando el pronóstico y el abordaje de patologías como el mieloma múltiple (MM), la leucemia linfocítica crónica (LLC) o el linfoma de células del manto (LCM).
De acuerdo con el doctor Carlos Panizo, jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario de Donostia y moderador de estas jornadas, en LLC se han producido “mejoras en la respuesta y la supervivencia” de la mano de fármacos innovadores como “los inhibidores de la tirosina-quinasa de Bruton (BTK), los inhibidores de bcl-2 y de varios anticuerpos monoclonales dirigidos frente a la molécula CD20”. Por su parte, el doctor José Guinea, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Araba y otro de los moderadores de la jornada, ha destacado que, tanto en MM como en LCM, las nuevas alternativas terapéuticas han conseguido “un aumento en la supervivencia con calidad de vida de los pacientes”, gracias a la incorporación de la inmunoterapia para los pacientes de nuevo diagnóstico de MM.
La importancia de la inmunoterapia en primera línea
En mieloma múltiple (MM), el doctor Guinea ha apuntado que la llegada de la inmunoterapia en primera línea de tratamiento, con la incorporación de los anticuerpos monoclonales anti-CD38, ha significado “un gran avance”, ya que “la aparición de estas nuevas alternativas terapéuticas ha supuesto que podamos conseguir una respuesta más profunda y esto ha ocasionado un aumento de la supervivencia con calidad de vida en nuestros pacientes”. En pacientes que no son candidatos a trasplante de médula ósea, el estudio MAIA ha presentado unos resultados que duplican la supervivencia en primera línea, aumentando la supervivencia global de los pacientes y mejorando su calidad de vida.
El MM es un cáncer incurable de la sangre y constituye el segundo tipo de cáncer hematológico más común con más de 3.000 nuevos casos diagnosticados cada año en España. En este sentido, el especialista ha recordado que, cuando empezó a ejercer, la vida media de los pacientes con mieloma avanzado que atendía con los tratamientos de los que disponían en aquella época “era de unos seis meses”, mientras que “en la actualidad, con los nuevos tratamientos, ya con la primera línea, se obtienen respuestas de más de 62 meses y aún podemos seguir poniendo tratamientos que siguen aumentando su vida en años”.
Unos avances científicos que también se han producido en pacientes con MM con recaídas tardías, como los CAR-T y los anticuerpos biespecíficos: “Son nuevas armas -ha declarado el doctor Guinea- con las que conseguiremos aumentar cada vez más la supervivencia de nuestros pacientes. En estos tratamientos incluimos a las propias defensas del paciente en el control de su enfermedad. Tenemos esperanza de que en el futuro podamos ofrecer a estos pacientes la curación”.
Mayor supervivencia en linfoma de células de manto
El mismo especialista también ha puesto de relieve los avances en el linfoma de células del manto (LCM), poco frecuente, ya que solo representa entre el 2% y el 5% de todos los linfomas, pero generalmente más agresivo que la LLC. “En los últimos años, ha habido un gran avance en su diagnóstico y en los genes implicados en su desarrollo. Con este conocimiento, se han creado tratamientos más dirigidos. También hemos podido adaptar los diferentes tratamientos y lograr una mayor supervivencia en nuestros pacientes con menos efectos secundarios” ha asegurado el doctor Panizo.
Tal como ha destacado el especialista, “han aparecido tratamientos que inciden sobre las vías metabólicas de la célula tumoral linfoide, y algunos de ellos actúan sobre el LCM, con lo que tenemos más armas para poder obtener respuestas, tanto en primera línea como en las recaídas. Todo esto ha llevado a un aumento de la supervivencia”. Sobre esta patología, el doctor Panizo ha añadido que este conocimiento cada vez mayor del LCM ha permitido confirmar que estos pacientes, por ejemplo, “precisan quimioterapias distintas a otros linfomas”.
Avances en los tratamientos de la LLC
El doctor Panizo también se refirió a la leucemia linfocítica crónica (LLC), un cáncer de la sangre habitualmente de curso crónico que afecta a los glóbulos blancos (el tipo de leucemia más frecuente en los adultos de los países occidentales), exponiendo que “es una de las neoplasias hematológicas que más se ha beneficiado de las terapias dirigidas frente a moléculas selectivamente expresadas en las células tumorales”.
En esta jornada sobre las terapias dirigidas, el especialista ha afirmado que, en los últimos años, se han desarrollado “numerosos estudios que han puesto de manifiesto que la presencia de determinadas alteraciones citogenéticas o moleculares se asocian con un mal pronóstico. En los últimos años se ha hecho hincapié en estudios clínicos dirigidos a este grupo de pacientes. Y es de destacar el hecho de que la existencia de dichas alteraciones condicione la elección del tratamiento de primera línea”, a los que se suman una serie de fármacos que han cambiado el panorama de esta enfermedad en cuanto a respuestas y supervivencia.
“Los nuevos tratamientos contra la LLC persiguen no solo controlar la enfermedad, sino hacerlo con los menores efectos secundarios posibles, de forma que la población de pacientes mayores o con comorbilidades, que no eran subsidiarios de recibir tratamientos con quimioterapia, sí puedan beneficiarse de recibir estos”, ha apuntado el doctor Panizo en referencia a los pacientes más vulnerables o de alto riesgo dentro de esta patología.
Por último, el doctor Panizo ha analizado el papel de las nuevas terapias en combinación, asegurando que son tratamientos que están en investigación y con el objetivo de alcanzar respuestas profundas mediante la combinación de distintos medicamentos. “Estos estudios que se están realizando proponen combinar dos o tres medicamentos al mismo tiempo: un inhibidor de BCL-2, un inhibidor de BTK y, en tercer lugar, un anticuerpo monoclonal anti CD-20. Son varios los proyectos de investigación en curso y es posible que se puedan alcanzar respuestas más profundas, ya que la combinación de estos medicamentos parece factible y bastante segura. Lo que se espera poder demostrar es que, a largo plazo, también presentan ventajas en la supervivencia”.