Muchas personas creen que no dormir mucho entre semana puede compensarse durmiendo más los viernes y sábado, y que, de esta forma, recuperan las horas de sueño perdidas. Esto es biológicamente imposible ya que se ha demostrado que el sueño perdido no se puede recuperar y que dormir poco puede generarte serios problemas de salud.
Dormir nos ayuda a recuperarnos de la actividad diaria, el estrés y el cansancio que sentimos cada día. Se trata de un proceso fisiológico fundamental para los seres humanos. Por eso, nuestro cuerpo necesita un determinado número de horas de descanso cada día para poder funcionar correctamente. Para ello, los expertos recomiendan dormir entre siete y nueve horas cada día, algo que en muchas ocasiones no se cumple. Y, aunque las consecuencias a corto plazo no son graves, con el paso del tiempo pueden ser negativas y desencadenar consecuencias más relevantes.
En el corto plazo, no dormir lo suficiente hace que se produzcan efectos adversos en los procesos cognitivos, ya que el cansancio afecta a nuestra capacidad de concentración y a nuestro estado de ánimo.
A largo plazo, la falta de sueño influye en nuestra salud y puede conllevar problemas de azúcar y riesgo de diabetes, obesidad, hipertensión arterial, aumento del riesgo de problemas cardiovasculares, etc. Todo esto puede producir y aumentar el riesgo de muerte prematura o la reducción de la esperanza de vida.
Sueño reparador para intentar recuperar horas
Aunque como ya hemos mencionado recuperar horas de sueño no es posible, podemos modificar nuestros hábitos de descanso para conseguir un sueño reparador y garantizar un descanso adecuado. Existen una serie de pautas, denominadas en conjunto higiene del sueño, que nos pueden ayudar en este sentido.
Lo primero es conocer nuestro ritmo de sueño y darle la importancia que se merece. Es importante mantener una rutina tanto en la hora de acostarse como de levantarse para saber cuáles son nuestros horarios. Además, si te cuesta conciliar el sueño, debes eliminar las siestas diurnas.
En segundo lugar es importante adecuar tu entorno antes de dormir y prestar atención a los elementos que lo componen: sofá, almohada, temperatura, etc. Eliminar posibles estímulos, luces intensas o exceso de ruidos puede ayudarte en este proceso. Además, debes realizar tareas que te relajen y preparen para descansar antes de dormir, eliminando el uso de pantallas y dispositivos móviles antes de acostarte.
Por otro lado, es importante eliminar las bebidas estimulantes o con cafeína en la segunda mitad del día y realizar ejercicio, nunca cerca de la hora de ir a dormir. También puede ayudarte leer un libro o realizar técnicas de relajación para ayudar aún más en este proceso.