La saliva está compuesta en un 99% por agua y el 1% restante son moléculas orgánicas e inorgánicas que segregan las glándulas salivales mayores y menores. El PH de la saliva varía según el grado acídico o alcalino que adquiere. El valor óptimo de la saliva de los seres humanos es de un PH de 5,6 hasta 7,9. Cuanto menor sea el nivel, más ácido será el PH y cuanto mayor más alcalino.
Para medir el PH existen tiras de PH que miden el grado de acidez de la saliva en la boca. El PH tiene una importante influencia en la salud oral. Este es capaz de neutralizar sustancias ácidas y tiene un efecto protector que neutraliza el medio tras estar en contacto con un ácido producido después de la comida. Con su efecto consigue evitar la desmineralización del esmalte y la acumulación de sarro.
¿Qué puede alterar el PH de la saliva?
La alimentación juega un papel importante en la regulación del PH. Según la dieta que uno siga el PH de la saliva puede ser más o menos ácido. Por ejemplo, una dieta que cuente con una elevada cantidad de proteínas puede provocar un incremento de los niveles de PH. En cambio, el consumo de calcio puede contrarrestar a los ácidos neutralizándolos.
Un consumo elevado de alimentos o bebidas ácidas puede también modificar el PH salivario reduciéndolo, y por tanto, acidificándolo.
El tabaco es otro elemento que influye en la acidificación de la saliva. Así se demostró en una investigación publicada en la Revista de Patología Oral y Maxilofacial en la que el análisis del pH salival de tres grupos de personas (fumadores de tabaco, personas que masticaban tabaco y personas que no consumían tabaco en ninguna de sus formas) reveló que los consumidores de tabaco presentaban un nivel de PH salivar mucho más reducido, y, en consecuencia, una saliva más ácida, que aquellos sujetos que no consumen tabaco.
¿Qué ocurre cuando el PH varía?
Un PH ácido causa el desgaste del esmalte por medio de erosiones. La erosión aguda del esmalte dental provoca sensibilidad dental de forma que los alimentos fríos, calientes y o dulces puede causar molestias al entrar en contacto con el esmalte.
Uno de los daños más frecuentes y visibles es la pérdida del color blanco de la dentadura por un tono amarillento. Asimismo, la variación del PH de la saliva ocasionada por el desgaste del esmalte es una de las principales causas de las caries. El debilitamiento del esmalte facilita a las bacterias el poder atacar con ácidos a los dientes. Cuando esto ocurre surgen pequeños orificios que conocemos como caries.