¿Cuáles son las principales setas comestibles y qué nos aportan?

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Salir a buscar setas comestibles es una actividad muy recomendable, que, además de proporcionarnos un magnífico ingrediente para nuestras comidas, nos permite disfrutar de un paseo por el campo.

No obstante, recoger setas puede entrañar serios riesgos si no se conocen, ya que algunas especies tóxicas pueden confundirse fácilmente con setas comestibles. Por ese motivo, es imprescindible saber cómo recolectar y conocer en profundidad las variedades de setas que pretendemos recolectar.

Propiedades nutricionales de las setas

Además de aportar un intenso sabor a nuestros platos, las setas nos ofrecen interesantes propiedades nutricionales.

  • Bajo aporte calórico: entre el 80 y el 90% de su peso es agua, por lo que su aporte de calorías es muy limitado.
  • Poder saciante: las setas tienen un alto contenido en fibra insoluble que tiene un efecto saciante, de manera que ayudan a controlar la ingesta de alimentos.
  • Antioxidantes: gracias a la ergoteína, son una importante fuente de antioxidantes, especialmente el champiñón silvestre.
  • Ricas en proteínas: este alimento contiene proteína de alta calidad que, en ocasiones, puede funcionar como un sustituto que nos ayude a reducir el consumo de carne.
  • Minerales: las setas son ricas en potasio, magnesio, selenio, calcio hierro, fósforo y zinc, lo que contribuye a mantener un correcto aporte de minerales a nuestro organismo.

8 tipos de setas comestibles populares en España

En nuestro país contamos con una gran variedad de setas que pueden recolectarse en diferentes épocas del año.

  • Champiñón silvestre (Agaricus campestris): se caracteriza por un sombrero de color blanco que tiende a gris o rosado de entre 3 y 12 centímetros de diámetro. Además, tiene unas láminas que van desde el blanco hasta el marrón oscuro o negro.
  • Boletus o seta calabaza (Boletus edulis): comienza por un tono blanquecino que evoluciona a marrón con el tiempo. Esta apreciada seta de final del verano se diferencia por su cutícula húmeda y viscosa.
  • Níscalo (Lactarius deliciosus): podemos diferenciarlo por su sombrero convexo, carnoso y que se rompe con facilidad, así como por sus láminas inferiores apretadas y anaranjadas.
  • Trufa negra (Tuber melanosporum): este hongo de color marrón o negro y superficie verrugosa se caracteriza por ser subterráneo e invernal. Crece sobre las raíces de árboles como encinas y avellanos y suele recolectarse con ayuda de perros o cerdos por lo complicado que es de localizar.
  • Oronja (Amanita Caesarea): se trata de una seta de mayor tamaño que otras, entre 8 y 25 centímetros de diámetro de color naranja o amarillo. Sus láminas inferiores también tienen un tono amarillo que puede ser más pálido o más dorado.
  • Seta de Cardo (Pleurotus eryngii): esta pequeña seta no suele superar los 9 centímetros de diámetro y se caracteriza por un sombrero convexo con borde enrollado y un color crema o marrón. Tiene unas láminas inferiores finas y apretadas de color crema y crece en praderas cerca de cardos, de donde toma su nombre.
  • Rebozuelo (Cantharellus cibarius): también conocido como chantarela, este hongo tiene un curioso sombrero amarillo en forma de embudo con láminas inferiores del mismo color.
  • Trompeta de la muerte (Craterellus cornucopioides): aunque su nombre podría indicar lo contrario, esta seta, también conocida como cuerno de la abundancia, es perfectamente comestible. Tiene forma de embudo y se diferencia por su color casi negro.

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