Morderse las uñas, o la onicofagia como se denomina de manera técnica en el ámbito médico, es una costumbre que comienza en la infancia y suele continuar en la edad adulta. Se trata de un trastorno nervioso bastante frecuente, que empieza entre los tres y los seis años, como respuesta a situaciones de estrés, cansancio o incluso aburrimiento. Puede llegar a desaparecer en edades más avanzadas, pero sigue repitiéndose en situaciones de estrés.
¿Qué inconvenientes tiene morderse las uñas continuamente?
Este hábito, además de tener numerosos efectos secundarios estéticos como heridas o lesiones en los dedos, puede producir otras muchas consecuencias físicas. La onicofagia afecta al nacimiento de la uña provocando en ocasiones lesiones irreversibles, ya que daña el tejido dónde comienza el crecimiento de la misma. También puede producir infecciones en los dedos o enfermedades producidas por bacterias u hongos de las uñas.
Otra de las consecuencias se produce en la boca pudiendo pasar bacterias que tengamos en las manos a través de la saliva. También puede provocar problemas en la dentadura que pueden derivar en la necesidad de realizar una ortodoncia o problemas estomacales (si ingieres las uñas) y respiratorios (si aspiras alguna o se atasca en la faringe). Por último, puede afectar a la estética de los labios.
Cómo dejar de morderse las uñas
Existen una serie de pautas que puedes seguir para abandonar este hábito y que seguro te ayudarán a conseguirlo:
- Mantener las uñas cortas hará que la tentación de morderlas sea menor.
- Aplicar esmalte de uñas con sabor amargo. Puedes encontrar en las farmacias, sin prescripción, esmaltes de uñas incoloros y con un sabor amargo, que pueden ayudarte en esta tarea. Al morderlas este producto hará que te provoque rechazo a volver a hacerlo.
- Hacerte la manicura de forma habitual. De esta forma lucirán bonitas y te costará más morderlas y estropearlas.
- Reemplaza este hábito con alguno saludable. Para ello, se recomienda el uso de pelotas antiestrés o cualquier accesorio que mantenga tus manos ocupadas.
- Identifica tus desencadenantes estresores. Pueden ser de tipo físico, como la presencia de padrastros, o de tipo emocional, como el estrés, la ansiedad o el aburrimiento. Lo ideal es que descubras que causa tu hábito para poder evitar esas situaciones y así poder mitigar esta costumbre.
- Hazlo de forma gradual. Muchos especialistas recomiendan hacerlo de forma progresiva para que sea más eficaz. Por ejemplo, primero un dedo de cada mano y poco a poco ir ampliando hasta no morderte ninguna uña.
- Utiliza una férula especial. Puedes acudir a un odontólogo que te confeccione una férula especial que impida morderte las uñas. Este tratamiento puede durar entre uno y ocho meses.
- Envolver las puntas de los dedos con tiritas o esparadrapo para evitar la tentación.
- Mascar chicles sin azúcar.
- Hacer ejercicio físico para combatir la ansiedad.
- Utilizar infusiones relajantes que ayuden a reducir los nervios y la ansiedad, como la tila, la valeriana o la pasiflora.
- Consumir una dieta rica en aceites esenciales y alimentos con vitamina B y ácidos grasos Omega 3. Esto producirá una sensación de saciedad durante más tiempo.
Además, para que todos estos trucos funcionen es muy importante que, como en cualquier cambio de hábitos, estés dispuesto a hacerlo ya que tu fuerza de voluntad es, sin duda, el factor más importante.