Según la Real Academia de la Lengua Española, un abrazo consiste en estrechar entre los brazos en señal de cariño, pero sin duda supone mucho más que eso. Y es que, según investigó un hospital estadounidense y la University of Massachusetts Memorial hace unos años, los abrazos mejoran la salud, refuerzan el sistema inmunitario y la autoestima, y reducen el estrés. Abrazar, además de manifestar afecto, ayuda a despertar las conexiones neuronales que tienen que ver con el bienestar lo que aporta numerosos beneficios.
Entre las ventajas de un abrazo, podemos destacar la reducción del ritmo cardíaco ya que este hecho proporciona tranquilidad. También ayuda a disminuir la sensación de miedo y el estrés, aporta equilibrio al sistema nervioso y mejora el sistema inmune.
¿Qué ocurre cuando nos abrazamos?
Los corpúsculos de Meissner, ubicados en la piel, reciben la señal del tacto y la envían a la corteza cerebral. A su vez, los mecanorreceptores, presentes sobre todo en manos y labios, reciben estímulos como la temperatura o la presión. De esta manera, segregamos oxitocina y endorfinas que reducen los niveles de cortisol y adrenalina, responsables del estrés, lo que nos permite sentirnos más relajados. También liberamos serotonina y dopamina, que nos aporta bienestar y calma. Por último, activamos el sistema límbico encargado de la regulación emocional, reforzando vínculos afectivos como la confianza y el apego.
Más allá de los beneficios inmediatos de los abrazos, también influyen en nuestro desarrollo personal en distintas edades. En la infancia, el contacto piel con piel contribuye a la regulación emocional y maduración cognitiva, así como la adquisición de lenguaje, la motricidad, la autoestima, etc. Por su parte, en la edad adulta, también es fundamental sobre todo en las relaciones personales o de pareja.
¿Sabías que son necesarios 8 abrazos al día?
Según distintas investigaciones, lo ideal es recibir 8 abrazos diariamente para mejorar el bienestar. Con ello podemos obtener numerosos beneficios:
- Reducir el estrés y la tensión
- Generar seguridad y protección
- Aportar bienestar y calma
- Mejorar la autoestima
- Regular el estado de ánimo y el nivel de energía
- Estimular la capacidad sensitiva
- Aumentar los procesos de memoria y aprendizaje
- Minimizar la presión arterial y ralentizar la respiración
- Reducir el miedo
- Prevenir enfermedades
- También hay investigaciones que determinan que los abrazos aportan mejoras importantes en procesos de cefalea, insomnio, regulación del apetito, dolor crónico, ralentización del envejecimiento y refuerzo del sistema inmunológico
El abrazo perfecto
Entre las numerosas investigaciones que se han hecho sobre los abrazos, existe además un estudio sobre la duración de los mismos. En él se determinó que en tan sólo 20 segundos se obtienen los efectos positivos al completo, ya que el contacto facilita que las respuestas emocionales sean inmediatas. Lo importante es practicarlo a diario para generar todas sus ventajas.
Lo primero que recibimos al llegar al mundo es un abrazo de nuestra madre que nos calma tras el estrés del parto. Después, en las peores situaciones, lo que más nos ayuda es un abrazo: estrés, miedos, tragedias, etc. Así que busquemos cada día beneficiarnos de un acto tan sencillo y que aporta tantas cosas positivas.