La primera semana de vida del bebé

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Primera semana recien nacido
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El recién nacido experimenta numerosos cambios externos e internos durante su primera semana de vida en las que podemos acompañarlos y seguir una serie de recomendaciones que hagan que este proceso sea un poco más llevadero.

En sus primeros días de vida, los bebés comienzan a regular todas sus funciones fuera del útero, mientras que hasta ahora las desarrollaban a través del organismo materno, como la nutrición, la temperatura o el oxígeno. Este sin duda es el cambio más importante ya que ahora el pequeño necesita aprender a llevar a cabo todo esto sólo. Además, en este cambio tan importante se encuentra en un espacio sin límites (antes estaba en contacto con las paredes del útero) y con numerosos estímulos visuales y sonoros que antes estaban amortiguados.

Además, existen cambios internos, transformaciones genéticas y modificaciones en los componentes de su sistema inmunológico que no somos capaces de visualizar pero que siguen un mismo patrón en todos los recién nacidos.

Cómo pueden ayudarles los papás

Para ayudar a los bebés a adaptarse a su vida fuera del útero los papás pueden seguir una serie de pautas que hagan más llevadero este proceso.

En primer lugar, ofreciéndoles contacto físico que antes tenían gracias a la presión que les aportaban las paredes del útero. Los espacios abiertos y la falta de contacto asustan mucho al recién nacido, incluso sus propios movimientos de brazos y piernas. Por eso, los bebés se tranquilizan en brazos de sus papás. Dentro de este aspecto es también importante el lugar en el que dormir. Es mejor utilizar una mini cuna o moisés para delimitar el espacio, ya que ellos buscarán el contacto de las paredes con su cabecita. También podéis envolverles en alguna toquilla, incluidos los brazos, que le delimite el espacio y le ayude. Por el contrario, el uso de cojines o almohadas está desaconsejado por el riesgo de muerte súbita.

En segundo lugar, es importante controlar la temperatura del bebé y del ambiente en el que se encuentra, ya que los recién nacidos son más vulnerables a los cambios que un adulto. La temperatura del cuarto debe situarse entre los 20 y 22 grados, mientras que durante los cambios o baños debe ser un par de grados superior. También es importante no abrigar en exceso al bebé porque el calor excesivo puede ser negativo para él. De cara a saber cómo vestirlos, debes tener en cuenta que el recién nacido solo necesita una capa más de ropa que un adulto.

En tercer lugar, debes tener en cuenta que hay que acudir a sus llamadas o reclamaciones. En las primeras semanas de vida tienen un sueño irregular y no distinguen entre el día y la noche. Los ciclos de sueño suelen ser de dos o tres horas en función de la demanda de alimento. Por eso, y para evitar que se altere en exceso, es importante atenderle lo antes posible.

Adaptación de ambas partes

Con el nacimiento del bebé, no sólo cambia su vida, sino también la de los papás. Por eso, es importante saber que estas primeras semanas de vida serán un proceso de adaptación para ambas partes (padres y recién nacido) y deberéis tomaros con calma este proceso.

Siempre que sea posible, ha de ser una etapa en la que los dos estéis presentes y participéis de manera igualitaria. Así tanto vosotros como el bebé aprenderéis cuanto antes a convivir con la nueva situación.

Respecto al descanso, se recomienda que los papás aprovechen a dormir cuando el bebé lo haga, ya que, como hemos comentado antes, sus ciclos de sueño son irregulares y por la noche tendréis varios despertares en sus primeras semanas de vida.

Por último, es muy importante no autoexigirse y relajarse ante los nuevos cambios: el primer baño, los cambios de pañal, los llantos injustificados… Poco a poco entenderéis mejor a vuestro bebé y todo será más fácil.

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