Llega la Navidad y con ella las grandes celebraciones cargadas de copiosas comidas. Además, ganan protagonismo los turrones, mazapanes, roscones y polvorones. Estos dulces, además de ser típicos de esta época del año, tienen en común un ingrediente: el azúcar.
Desde hace tiempo, se sabe de los perjuicios que el consumo excesivo de azúcar en la dieta tiene sobre la salud. La OMS recomienda que el consumo de azúcares libres se limite a menos del 10% de la ingesta calórica total, sin embargo no siempre cumplimos esta premisa.
El azúcar es un ingrediente que aporta dulzor a nuestras recetas. Para muchos es delicioso, pero tomarlo en grandes cantidades puede impactar de forma grave en nuestra salud. Para ello, debemos conocer la manera en la que nos afecta.
¿Cómo saber que consumo demasiado azúcar?
El consumo excesivo de azúcar provoca una serie de síntomas o consecuencias que es necesario conocer para poder controlarnos.
El consumo de azúcar es un ciclo vicioso. Si tu cuerpo se acostumbra a su consumo, pedirá más. Cuando consumimos azúcar se produce una rápida subida de la glucosa en sangre y una rápida elevación de la hormona insulina que a su vez, contrarresta y provoca una disminución en los niveles de glucosa en el suero sanguíneo, con la consecuente apetencia de consumir más azúcares.
Por otro lado, se crea una adicción que es conocido como el síndrome de la recompensa. Es tal el nivel de bienestar que provoca su consumo que el cuerpo demanda más azúcar. Además, se genera más acné. Una dieta basada en azúcares altera los niveles hormonales provocando una subida de azúcar. Esto provoca los tan odiados granitos.
Otro de los síntomas más claros de lo que ocurre cuando consumes demasiado azúcar es el cansancio. Comienza con una irritabilidad matutina por el desayuno y a lo largo del día te sientes más lento y cansado. Por tanto, el azúcar influye en el humor y en el estado físico.
Una consecuencia muy clara y en la que a veces no pensamos es el aumento de peso. Está claro que una dieta desequilibrada ocasiona cambios de peso, en este caso un incremento. El azúcar aporta sólo kilocalorías vacías y sacia muy poco, por ello una dieta rica en azúcares acabará siendo una dieta rica en energía y de muy mala calidad.
Otra de las consecuencias más directa es la aparición de caries. En nuestra boca hay bacterias que conforman la placa que se desarrolla de forma continua sobre encías y dientes. Con el azúcar reaccionan produciendo ácido que daña el esmalte.
Además, el consumo excesivo de azúcar genera problemas de memoria. Diversos estudios han hallado una relación entre el consumo excesivo de azúcar y problemas de memoria. Se concluyó que una dieta alta en fructosa a largo plazo altera la capacidad del cerebro de aprender y recordar información.
Por último, abusar de alimentos con alto contenido de azúcar podría provocar ansiedad, depresión u otros problemas mentales. Las personas con trastornos del estado de ánimo suelen tener dietas de mala calidad, bajas en frutas y verduras pero elevadas en grasas y azúcares.
Por tanto, durante las navidades es importante controlar los excesos, intentar comer saludablemente y practicar ejercicio para cuidarse.