Realizar ejercicio o actividad física es ya una costumbre o rutina para muchos. Según un estudio de la Universidad de Granada, las personas que realizan ejercicio regularmente tienden a percibir mayor grado de salud, menor nivel de estrés y mejor estado de ánimo. Por tanto, la práctica de deporte aporta grandes beneficios para la salud.
Ejercitar el cuerpo con constancia puede ayudar a controlar o incluso prevenir enfermedades de tipo mental como la depresión, la ansiedad, trastornos por déficit de atención e hiperactividad entre otras. Además, está comprobado que se libera estrés y que es ideal para mejorar la memoria y favorecer el sueño y el estado de ánimo.
Da igual el deporte o la actividad, está comprobado que su práctica aumenta la energía y la resistencia tanto física como mental. El vínculo ejercicio físico y una mejor salud mental se deriva del aumento de la circulación sanguínea que causa la propia actividad física. Es decir, un mayor flujo sanguíneo impacta positivamente las zonas del cerebro que controlan las reacciones físicas relacionadas con el estrés, la motivación, el estado de ánimo y la integración de la memoria.
La pandemia del coronavirus ha minado la moral de la mayoría de los españoles y ha ocasionado un incremento de casos de problemas de salud mental. Por ello, investigadores españoles han estudiado el efecto del movimiento en la salud psicológica para proponerla como estrategia para contribuir al bienestar emocional en otras posibles pandemias.
¿Qué ocurrió con la actividad física y la salud mental durante el confinamiento?
Durante la pandemia, en la que la población tuvo que encerrarse en sus hogares, la actividad física experimentó una curva descendente. Esto ocasionó problemas psicológicos en la población adulta según refleja un estudio de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y otras instituciones españolas.
En este estudio se hace referencia a los efectos del movimiento sobre la salud mental y se analizó cómo debido a la pandemia y las medidas de confinamiento, aumentaron los episodios de estrés, ansiedad, aislamiento social y angustia psicológica, así como casos de depresión.
Los resultados de esta investigación pusieron de manifiesto que la población buscó recursos para practicar deportes, ayudándose de la tecnología y, de esta forma, consiguieron liberar estrés y mejorar. Por ello, llegan a plantear que la actividad física puede llegar a prevenir efectos psicológicos en futuras pandemias.
Beneficios de la práctica de deporte sobre la salud mental
Muchos son los beneficios de practicar deporte como se ha ido demostrando a lo largo de los años. Algunos estudios recientes han revelado que los pacientes que siguen un régimen de ejercicio aeróbico muestran menos síntomas depresivos, y otras investigaciones han demostrado que el ejercicio y la actividad física regular pueden reducir los niveles de ansiedad.
Con tan solo una sesión de ejercicio, el cuerpo nota los beneficios positivos de su práctica. Mejora, además, la memoria y por tanto una de las funciones cognitivas más importantes, junto con el tiempo de reacción ante los estímulos.
En el caso de personas mayores, se puede llegar a combatir algunas enfermedades derivadas del debilitamiento del cerebro como puede ser el Alzheimer y la demencia. Por otro lado, muchas personas sufren estrés y está demostrado que la actividad física ayuda a aliviar los síntomas, sobre todo cuando se practican deportes como el yoga o ejercicios aeróbicos como correr o nadar. De esta forma, también, se ayuda a conciliar el sueño.
No obstante, a pesar de todos los beneficios de la práctica de ejercicio, los expertos advierten que no se deben obviar las visitas a un especialista para tratar cualquier trastorno mental que se pueda padecer. En cualquier caso, una vez diagnosticado, el ejercicio suele ser una gran ayuda para el mantenimiento del tratamiento de la salud mental. Da igual si se padece o no una enfermedad mental, la práctica de ejercicio es recomendada en todos los casos, junto con una dieta variada y equilibrada. Solo así se podrá asegurar el mantenerse sano en el corto y en el largo plazo puesto que es indudable que el ejercicio físico mejora la calidad de vida y el bienestar general.