La enfermedad de Crohn es una patología inflamatoria intestinal crónica que afecta en la actualidad a cerca de dos millones de personas en Europa. Aunque en los últimos años se han desarrollado nuevas terapias, muchos pacientes aún no logran controlar sus síntomas, por ello cualquier avance médico supone una esperanza. Y eso es precisamente lo que representa la reciente aprobación por parte de la Comisión Europea de TREMFYA® (guselkumab), de Johnson & Johnson, una innovadora terapia dirigida a tratar la enfermedad de Crohn activa de moderada a grave.
¿Qué supone esta nueva aprobación?
Se trata del primer tratamiento que actúa bloqueando de forma dual la interleucina 23 (IL-23), una proteína clave en los procesos inflamatorios que caracterizan a las enfermedades inmunomediadas como el Crohn. Esta nueva opción terapéutica destaca además por ofrecer dos vías de administración: intravenosa (IV) y subcutánea (SC) lo que permite a los médicos adaptar el tratamiento según las necesidades y preferencias del paciente.
El profesor Silvio Danese, director de Gastroenterología y Endoscopia del IRCCS Ospedale San Raffaele y Universidad Vita-Salute San Raffaele de Milán, en Italia, opina al respecto: «el régimen totalmente SC ofrece a los pacientes y a los profesionales sanitarios unas posibilidades de elección y una flexibilidad hasta ahora desconocidas».
Este medicamento ha sido aprobado específicamente para adultos con enfermedad de Crohn moderada a grave que no han respondido adecuadamente a otras terapias, han perdido eficacia con el tiempo o presentan intolerancia a tratamientos convencionales o biológicos.
¿Qué beneficios ha demostrado?
Los resultados que respaldan esta aprobación provienen de varios estudios clínicos en fase 3, entre ellos los ensayos GALAXI 2 y 3 (con administración intravenosa) y el estudio GRAVITI (con administración subcutánea). En todos ellos, el tratamiento demostró ser significativamente más eficaz que el placebo para lograr dos objetivos fundamentales en el control del Crohn:
- La remisión clínica, que implica la desaparición o control efectivo de los síntomas.
- La respuesta endoscópica, que evalúa la mejoría visible de la inflamación intestinal mediante pruebas específicas.
Además, cuando se comparó con otro fármaco biológico ampliamente utilizado (ustekinumab), esta nueva terapia mostró una mayor eficacia en la remisión y respuesta endoscópica tras 48 semanas de tratamiento, incluso en pacientes que ya habían fracasado con otros tratamientos biológicos.
Un enfoque centrado en el paciente
Uno de los aspectos más valorados de esta nueva opción terapéutica es la flexibilidad de administración. El hecho de poder iniciar el tratamiento con infusión intravenosa o con inyecciones subcutáneas, y luego continuar con mantenimiento subcutáneo cada 4 u 8 semanas, ofrece más comodidad y personalización del tratamiento.
Según los expertos, disponer de un tratamiento eficaz y adaptable supone un cambio importante en la calidad de vida de las personas que viven con esta enfermedad crónica.
Más allá de la enfermedad de Crohn
Esta nueva indicación se suma a otras aprobaciones anteriores de este medicamento en Europa, como el tratamiento de la psoriasis, la artritis psoriásica y la colitis ulcerosa. De este modo, se refuerza su perfil como una opción terapéutica sólida para distintas enfermedades inflamatorias crónicas.
