Bien es sabido que en verano las prisas no son buenas y más si se trata de introducirse en el agua nada más terminar de comer. La temperatura del agua, muchas veces bastante baja, afecta a nuestro cuerpo produciendo el corte de digestión.
Esta interrupción del proceso digestivo nada tiene que ver con lo que de verdad ocurre en el organismo una vez se introduce en el agua. En realidad, a los efectos de meterse en el agua al terminar de comer y sufrir una reacción repentina se le denomina Síndrome por inmersión o hidrocución. Es también conocido como shock termodiferencial.
Esto es debido a la respuesta del cuerpo ante el cambio brusco de temperatura. En el exterior unos 30 grados y en el interior unos 15-20 grados. Este cambio provoca que la sangre se tenga que repartir por todo el cuerpo generando mareos y vómitos.
El proceso digestivo como tal no se llega a interrumpir. Por ello, el mal denominado corte de digestión nada tiene que ver con este proceso. Lo más común es que produzca mareo, dolor de barriga, náuseas y vómitos; en casos más graves puede provocar la pérdida del conocimiento, con el consiguiente riesgo de ahogamiento al estar la persona en el agua.
Cuando se sumerge el cuerpo repentinamente en agua fría, tiene que adaptarse rápidamente para mantener su temperatura corporalen 37 °C. Para ello, el corazón late a un menor ritmo y la sangre oxigenada se distribuye por el organismo más despacio, con el fin de gastar menos energía y de ahorrar oxígeno. Las arterias de la piel se contraen y el riego sanguíneo se dirige de forma preferente al cerebro. El problema viene cuando este proceso ocurre demasiado rápido y da lugar a los síntomas descritos.
Consejos para prevenir el corte de digestión
El estómago tarda en digerir los alimentos, por lo que hay que dar un tiempo prudencial para que se recupere y no provoque el corte de digestión. Estos son algunos consejos útiles para que este verano no des un susto a tus seres queridos y puedas disfrutar al máximo del sol, la playa, la piscina y el calor sin sufrir el síndrome de hidrocución durante el proceso de digestión:
- Evita el baño durante las 2-3 primeras horas después de comer. Durante este tiempo la sangre se concentra en el estómago. Si te introduces en el agua, lo mejor es que sea de forma progresiva y tras una comida ligera.
- Si tienes pensado sumergirte en el agua, mejor que te mojes primero. Acostumbrar al cuerpo a la nueva temperatura poco a poco es importante para que no sufra el shock termodiferencial.
- Evitar realizar esfuerzo físico. Esto implica no nadar ni realizar actividades acuáticas puesto que las arterias se pueden contraer y el flujo sanguíneo será menor pudiendo incrementarse la frecuencia cardiaca.
- Si tienes problemas cardiovasculares mejor espera a que pase un tiempo antes de meterte en el agua. Deja que el cuerpo se acostumbre a la temperatura él solo.
- Si tienes planeado meterte en el agua, mejor hazlo en zonas permitidas y vigiladas. Si algo te ocurre se podrá actuar rápido y con seguridad. Recuerda fijarte bien en las indicaciones de los socorristas.
Además de estos consejos, es importante protegerse en la playa. Por ello, es importante que realices un buen desayuno y que comas varios tentempiés refrescantes durante las horas de más calor, como frutas o verduras. Además, recuerda realizar un almuerzo ligero y, sobre todo, beber mucha agua para evitar sufrir un corte y requerir servicio de emergencias.