Los beneficios que los frutos secos tienen sobre nuestra salud no son nuevos. Reducen la hipertensión, el estrés oxidativo y ayudan a nivelar la glucosa a los enfermos de diabetes. A todos estos beneficios se añade ahora uno nuevo observado por un estudio realizado en Barcelona impulsado por La Caixa. Un mejor desarrollo neuropsicológico a largo plazo en niños y niñas gracias a una dieta rica en frutos secos durante el primer trimestre de embarazo.
Los niños y niñas cuyas madres habían consumido más frutos secos durante el primer trimestre de embarazo mostraron un mejor desarrollo cognitivo.
Para realizar el estudio, se hicieron cuestionarios sobre hábitos alimenticios que las madres respondían. El desarrollo cognitivo de sus hijos e hijas se llevó a cabo mediante la realización de distintos tests por parte de los mismos.
“Este es el primer estudio que se ocupa de los posibles beneficios de la ingesta de frutos secos durante el embarazo sobre el neurodesarrollo a largo plazo. Puesto que el cerebro experimenta una serie de procesos complejos durante la fase de gestación, la nutrición materna es un factor determinante para un neurodesarrollo adecuado del feto con efectos a largo plazo”, explica uno de los investigadores. Y añade que, “los frutos que hemos tenido en cuenta son nueces, almendras, cacahuetes, piñones y avellanas. Pensamos que los efectos beneficiosos hallados podrían deberse a su alto contenido en ácido fólico y, sobre todo, en ácidos grasos esenciales, como por ejemplo el omega-3 o el omega-6. Estos componentes tienden a acumularse en los tejidos nerviosos, principalmente en las áreas frontales del cerebro, que influyen en la memoria y en las funciones ejecutivas”.
Cautela con el estudio a pesar de los buenos resultados
Se observó que los beneficiarios de este estudio se encontraban en los grupos de mayor consumo de frutos secos, con una media semanal de tres raciones de unos 30 gramos cada una, ligeramente por debajo de lo recomendando por la guía de alimentación saludable de la Sociedad Española de Nutrición. “Esto nos hace pensar que si se adecuase el consumo medio a las recomendaciones los beneficios podrían ser mucho más amplios”, afirman los investigadores.
La investigación también analizó la ingesta de frutos secos durante el tercer trimestre del embarazo, aunque en este caso no se observaron asociaciones con el desarrollo neuropsicológico o las asociaciones halladas fueron más débiles. “Se trata de un primer estudio sobre el tema, por lo que conviene tomar los resultados con cautela y tratar de reproducirlos en el futuro mediante más estudios de cohorte y ensayos controlados aleatorizados”, subraya Jordi Júlvez, investigador de ISGlobal y último autor del estudioz.
“No es la primera vez que observamos que los efectos de una determinada exposición son más pronunciados cuando esta se da en una etapa concreta del embarazo. Aunque nuestro estudio no permite explicar las causas de esta diferencia entre el primer y el tercer trimestre, en la literatura científica se especula con la idea de que el ritmo de desarrollo no es igual a lo largo de toda la gestación, existiendo periodos de especial sensibilidad hacia la dieta materna.