Hace tiempo que los nutricionistas desaconsejan en consumo de alimentos que tienen un elevado grado de procesamiento antes de llegar a nuestra mesa. Sin embargo, hasta hace poco no existían evidencias sobre una relación directa entre el sobrepeso y este tipo de comida.
Un trabajo reciente, liderado por científicos estadounidenses, ha comparado la diferencia de consumo de calorías en grupos de investigación alimentados, unos con comida procesada y otros con comida no procesada. Los resultados desvelan que el primer grupo es el que consumió una mayor cantidad de calorías.
“Aunque estudios observacionales previos ya habían asociado el consumo de alimentos ultraprocesados con la obesidad, estos no demuestran el origen de la enfermedad porque pueden haber intervenido otros factores”
“Aunque estudios observacionales previos ya habían asociado el consumo de alimentos ultraprocesados con la obesidad, estos no demuestran el origen de la enfermedad porque pueden haber intervenido otros factores”, explica Kevin Hall, autor principal del estudio. Y añade, “nuestro estudio es el primer ensayo aleatorio controlado que demuestra que los alimentos ultraprocesados realmente causan un aumento en la ingesta de calorías y un incremento de peso”.
Incluso coincidiendo ambas dietas en cantidad de grasa, azúcar, carbohidratos y calorías, la gente que comía alimentos procesados ganaba más peso aumentado casi un kilo más que los de la dieta no procesada.
“Los hallazgos de este estudio nos sorprendieron. Pensábamos que si igualábamos las dos dietas no habría nada en los alimentos ultraprocesados que haría que la gente comiera más”, dice Hall. “Sin embargo, encontramos que la gente comía muchas más calorías en la dieta ultraprocesada, lo que causó que ganaran peso y grasa corporal”.
Factores que intervienen en el aumento de peso con la dieta de alimentos procesados.
Los investigadores manejaron diversas hipótesis sobre por qué las personas que siguen la dieta de alimentos procesados engordaron más. La primera, porque pueden comer más rápido. “Puede haber algo en las propiedades texturales o sensoriales de los alimentos que haga comer más rápido”, sugiere Hall. “Y así no se le da al tracto gastrointestinal suficiente tiempo para indicar al cerebro que está lleno”.
“Podría ser que la gente comiera más porque estaban tratando de alcanzar ciertos objetivos de proteínas”
Otra hipótesis gira entorno a la cantidad de proteínas, aunque las dietas se parecían lo más posible, la no procesada contenía un poco más de proteínas, alrededor del 15,6% de las calorías frente al 14% de la dieta ultraprocesada. “Podría ser que la gente comiera más porque estaban tratando de alcanzar ciertos objetivos de proteínas”, señala el experto.
También los autores observaron otra variante importante: el precio. “Hay muchos factores que contribuyen a que alguien elija una comida ultraprocesada en lugar de una no procesada”, concluyen. “Especialmente para las personas con bajos niveles socioeconómicos, debemos tener en cuenta las habilidades, el conocimiento y los gastos necesarios para crear comidas no procesadas”.