La leche materna está considerada por los expertos como la mejor opción para alimentar a los recién nacidos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida y, a partir de ahí, introducir alimentación complementaria manteniendo la lactancia hasta los dos años o más.
La recomendación no es casual. Durante el primer año de vida, el bebé experimenta un crecimiento acelerado: duplica su altura, multiplica por cinco su peso y su cerebro aumenta, de media, un gramo al día. En esta etapa, la alimentación tiene un papel determinante. Sin embargo, a nivel global, menos de la mitad de los lactantes reciben leche materna en sus primeros meses.
Qué dicen los datos en España
En España, las cifras muestran una realidad desigual entre la recomendación y lo que sucede en la práctica. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de lactancia materna hasta los seis meses se sitúa en el 24,25%. En paralelo, la alimentación con leche de fórmula alcanza el 60,92%, mientras que la lactancia mixta (materna y fórmula) se queda en el 14,83%.
Desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) recuerdan que la leche materna es el alimento más adecuado para el lactante durante los primeros meses, ya que cubre sus necesidades nutricionales y contribuye a un crecimiento y desarrollo físico adecuados. Además, distintos organismos e instituciones —incluida la OMS— señalan que amamantar también puede aportar beneficios a la madre, con un menor riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2, el cáncer de ovario y mama, la osteoporosis o la obesidad, entre otras.
Por qué muchas madres abandonan antes de lo deseado
Detrás de los porcentajes hay una realidad compleja. La doctora Raquel Velasco, pediatra e IBCLC en Centro Creciendo Alicante, apunta que, aunque más de un 80% de las mujeres expresa su intención de dar el pecho, muchas abandonan antes de lo que les gustaría. También subraya un problema de base: la falta de registros fiables y actualizados sobre la prevalencia de lactancia materna en España, aunque coincide en que las cifras a los seis meses son bajas y, en general, inferiores al 40%.
Entre los motivos del abandono, la especialista señala la falta de información y de apoyo, tanto en el entorno social y familiar como por parte de los profesionales sanitarios. A ello se suma, según indica, la ausencia de políticas sociales que faciliten la conciliación laboral y favorezcan que la lactancia pueda mantenerse el tiempo que madre y bebé deseen.
Velasco además plantea un matiz importante en el enfoque del debate: no cree sensato basar la promoción de la lactancia materna únicamente en hablar de beneficios o, aún menos, en remarcar los riesgos de no amamantar. La razón es clara: no todas las mujeres parten de las mismas condiciones, y hay madres que quieren dar el pecho, pero no pueden hacerlo o no logran mantenerlo tanto como querrían por motivos ajenos a su voluntad. En ese sentido, insiste en que mensajes centrados en “lo mejor para el bebé” pueden resultar injustos para quienes se encuentran con barreras reales.
Su propuesta pasa por cambiar el foco: promover la lactancia, sí, pero reforzando las condiciones que la hacen posible. Formación específica de profesionales en lactancia, medidas efectivas de conciliación y apoyo a las madres lactantes son, a su juicio, los pasos que deberían priorizarse. “No es ético que a nivel institucional se hable de la superioridad de la leche materna cuando no se dispone de una estructura sanitaria ni social adecuada para acompañarla”, concluye. Cuando ese acompañamiento exista, añade, será el momento de poner el énfasis en los beneficios.
