No todas las neumonías son igual de graves ni evolucionan de la misma forma. Cuando un paciente llega al hospital presentando síntomas de infección respiratoria, es posible que necesite ser derivado a cuidados intensivos por lo que se conoce como distrés respiratorio, uno de los tipos más agresivos de esta enfermedad, o puede simplemente necesitar un pequeño seguimiento ambulatorio que le permita quedarse en casa.
Averiguar de cual de las dos posibilidades se trata en cada caso es el objeto de un estudio llevado a cabo durante ocho años por científicos españoles del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) del Instituto de Salud Carlos III. Los hallazgos han permitido identificar una “huella dactilar” de la enfermedad en las muestras de suero sanguíneo recogidas al paciente, que permite diferenciar a los que presentan una infección vírica de los que presentan una bacteriana.
“Hemos comprobado que estos biomarcadores son comunes en dos tipos de infecciones respiratorias muy distintas (gripe A y neumonía por pneumococo)”. José Luis Izquierdo García, director del estudio.
El director de este estudio, José Luis Izquierdo García, explica la aplicación de este método. “Tiene una aplicación claramente traslacional al entorno clínico hospitalario, facilitando el desarrollo de una medicina personalizada al paciente. En primer lugar, encontramos unos biomarcadores metabólicos en la sangre que detectan de forma muy precoz cómo van a evolucionar los pacientes, anticipándonos al desarrollo de la enfermedad. En segundo lugar, hemos comprobado que estos biomarcadores son comunes en dos tipos de infecciones respiratorias muy distintas (gripe A y neumonía por pneumococo). Y por último, al diferenciar en el primer momento la naturaleza de la infección, podremos comenzar un tratamiento focalizado a la infección mucho antes del que se realiza hoy en día”.
Una herramienta de apoyo en las UCIs
Para los investigadores, su trabajo tiene el potencial de evolucionar en una herramienta que pueda aplicarse en las UCIs y unidades clínicas para el diagnóstico diferencial de enfermedades, para poder monitorizar la evolución de los pacientes ingresados y su respuesta a los tratamientos.
Esta “huella dactilar” metabólica, se detectó analizando muestras de suero sanguíneo de los pacientes mediante el análisis espectroscópico de resonancia magnética nuclear. Un tipo de análisis que permite realizar miles de pruebas de sangre convencionales en una sola vez.
Izquierdo García también explica las dificultades que encontraron durante su trabajo. “El reclutamiento de un grupo homogéneo de pacientes que permita encontrar dicha ‘huella dactilar’ de la enfermedad no influida por otros factores como puede ser la presencia de otras enfermedades simultáneas, avanzada edad, modos de vida, etc. Estas variables han sido controladas gracias al trabajo exhaustivo de los grupos médicos en Cuidados Intensivos de los Hospitales de Getafe, con la colaboración del grupo de Jose Ángel Lorente, y Hospital Español de Montevideo, con el apoyo de Nicolás Nin, que han participado en este estudio”, concluye.