Aproximadamente el 25-30% de pacientes que reciben un trasplante desarrollan problemas de compatibilidad que terminan en un rechazo del órgano. Para evitar estas tasas de rechazo humoral se ha presentado en la IX Reunión Detecta 2021, organizada por Astellas Pharma, una nueva técnica que predice el posible rechazo del trasplante.
Cuando un órgano trasplantado no es compatible con el organismo del paciente receptor se producen anticuerpos anti-HLA que causan la pérdida del injerto. Hasta el momento, para estudiar la compatibilidad entre un órgano y un paciente receptor los especialistas analizaban la similitud entre sus tejidos. En concreto, el análisis consistía en estudiar los antígenos presentes en los tejidos del órgano, y del organismo del paciente receptor, para ver si ambos son compatibles.
Más aún, tal y como explica el Dr. Serón, coordinador de la Reunión Detecta y jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Vall d’ Hebrón de Barcelona, gracias a la evolución de la medicina personalizada y la biología molecular, “se han desarrollado técnicas que permiten cuantificar muy bien cuáles son las pequeñas diferencias a nivel molecular, ya no de los antígenos”. Esto viene a decir que las técnicas de biología molecular estudian, no solo la compatibilidad entre algunos antígenos, si no que, es capaz de estudiar cada antígeno uno a uno, pudiendo averiguar características y detalles de la respuesta del paciente al recibir un trasplante de un órgano.
Un tratamiento adecuado para evitar el rechazo del trasplante
La especificad de la técnica EPLETS es “importante porque se ha visto que no solo predice si va a ocurrir un rechazo por anticuerpos, sino que te da una idea de cómo ajustar el tratamiento de inmunosupresión en función de la disparidad entre donante y receptor” señala el Dr. Serón. Actualmente, las personas trasplantadas reciben un tratamiento inmunosupresor de por vida cuyo propósito es evitar el rechazo del órgano.
De modo que la llegada de los eplets supone una optimización del uso de tacrolimus, el tratamiento estándar que reciben todos los pacientes trasplantados para evitar el rechazo del órgano trasplantado, mediante un abordaje mucho más personalizado que permite ajustar la cantidad de este inmunosupresor teniendo en cuenta las necesidades de cada paciente. “Tacrolimus sigue siendo la pieza fundamental para prevenir los rechazos de los pacientes trasplantados. La cuestión clave de cara a tacrolimus es cómo podemos optimizar su uso, cómo podemos adecuar la cantidad de tacrolimus que necesita un paciente de forma personalizada y esta técnica permite precisamente hacer este abordaje”, afirmó el Dr. Serón.
Asimismo, durante la IX Reunión Detecta 2021 también se han abordado dianas terapéuticas a tener en cuenta como la importancia que tiene el papel de las células de memoria en el rechazo de un trasplante. Las células o linfocitos de memoria reconocen a los antígenos y tienen una respuesta inmunitaria robusta a ellos. Esta respuesta inmunitaria consiste en estimular las células B que son las que producirán los anticuerpos para rechazar el órgano trasplantado cuyos antígenos ha detectado. “Con lo cual estas células de memoria son importantes de cara al rechazo celular y rechazo humoral”, ha relatado el Dr. Serón.

Novedades en trasplante en el entorno digital
En la IX Reunión Detecta los expertos también han analizado las implicaciones que tendrán en el futuro inmediato los avances en el diagnóstico del rechazo de un órgano trasplantado, debido a herramientas tecnológicas que son mucho más precisas. Ejemplo de ello son los avances que van a llegar a los sistemas de análisis de imágenes. El Dr. Serón explica que ahora “las biopsias son fotografiadas y almacenadas en ordenadores. Este cambio permite obtener información de forma automatizada y acceder a todos aquellos datos que son monótonos y repetitivos, pero también saber y cuantificar si hay más o menos lesión”.
En este sentido, el coordinador de la Reunión Detecta ha aseverado que en el campo de la anatomía patológica se van a producir en cinco o seis años cambios muy importantes de la mano de la digitalización y su aplicabilidad. Hoy estas técnicas ya existen y se encuentran en el proceso de traslación del ámbito de la investigación básica a la aplicación clínica.