La misión ExoMars descubre una carencia de metano en Marte

El gas metano, que en la Tierra suele provenir de procesos biológicos, ha presentado unos niveles cinco veces menores que el valor mínimo anteriormente detectado. Además, la misión ha confirmado la relación entre las tormentas de polvo y el vapor de agua atmosférico.

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Marte

Las primeras observaciones del orbitador TGO de la misión ExoMars, que comenzó en abril de 2018 su misión científica desde una órbita a unos cuatrocientos kilómetros sobre la superficie de Marte, han desvelado unos niveles de metano inesperadamente bajos en Marte.

El metano resulta especialmente interesante para los expertos porque puede constituir una señal de la existencia de vida –en la Tierra el 95% de este gas en la atmósfera proviene de procesos biológicos–, o de procesos geológicos.

Gracias a las medidas de gases traza obtenidas, las investigaciones –lideradas por el Instituto Belga de Aeronomía Espacial y el Instituto de Investigación Espacial de la Academia de Ciencias de Rusia– han concluido que el contenido de metano en la atmósfera de Marte, si lo hay, presenta un límite superior de 0.05 ppbv (partes por mil millones).

“Es al menos cinco veces menor que el valor mínimo que anteriores experimentos habían detectado”, explica Juan José López Moreno, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y coinvestigador principal de NOMAD.

Los resultados, presentados en la revista Nature, se basan en el estudio de la atmósfera marciana que han realizado el espectógrafo NOMAD, específicamente diseñado para estudiar el metano, y el instrumento ACS, que estudia la estructura y la química atmosférica.

“La vida media de este gas en la atmósfera de Marte es superior a 300 años y, en consecuencia, cualquier metano que haya sido detectado en la atmósfera de Marte en los últimos años debería seguir presente y, por tanto, debería haber sido detectado por nuestros instrumentos”, precisa Moreno.

Para el científico, los datos obtenidos indican que “o bien en los últimos 300 años no ha habido metano en Marte en una cantidad superior al límite de 0,1 ppbv, o existe un misterioso y desconocido mecanismo que hace desaparecer esta sustancia”.

La misión Mars Express (ESA) y el robot Curiosity (NASA) hallaron, en 2004 y 2014 respectivamente, unas cantidades de metano inesperadas que mostraban una sorprendente variabilidad. Más recientemente, Mars Express observó un pico de metano un día después de una de las lecturas más intensas de Curiosity.

El agua podría haber escapado de la atmósfera

Además, las primeras medidas de alta resolución de NOMAD y ACS han permitido estudiar la distribución vertical del vapor de agua desde cerca de la superficie marciana hasta más de ochenta kilómetros de altura.

Durante una tormenta global de polvo, los instrumentos comprobaron que esta afectaba a los perfiles de vapor de agua: “Las tormentas de polvo aumentan drásticamente, y de manera bastante rápida, lacantidad de vapor de agua en la alta atmósfera, y por tanto la cantidad de agua que escapa de la atmósfera”, cuenta Francisco González Galindo, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).

Las observaciones son consistentes con los modelos de circulación global: el polvo absorbe la radiación del sol, calienta el gas circundante y provoca que se expanda, lo que a su vez redistribuye otros ingredientes, como el agua, en un rango vertical más amplio.

“Si asumimos que las tormentas globales de polvo han existido durante parte de la historia de Marte, esto hace que la cantidad de agua que puede haber escapado es mayor de lo que pensábamos, y por tanto, en el pasado podría haber habido más agua de lo que creíamos”, concluye el científico.

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