Un 18% de los españoles con síndrome de Down se sienten aislados cuando las actividades que realizan requieren el uso de internet.
Para tratar de revertir esta situación, un equipo de ingenieros expertos en neurología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) ha realizado diversos experimentos para ofrecer recomendaciones en el diseño de páginas web adaptadas para este tipo de usuarios.
Los resultados, que se publican en abierto en la revista Sensors en colaboración con la Universidad de Oviedo, revelan las dificultades específicas que tienen estos usuarios durante la navegación y plantean posibles soluciones.
Para ello, los investigadores realizaron un estudio neurológico y, posteriormente, validaron las soluciones mediante tests comparativos en los que utilizaron, entre otras, herramientas eye-tracking, que rastrean el movimiento ocular del usuario midiendo cuantitativamente su interacción con la pantalla, según explica Lucía Alonso Virgós, primera firmante del trabajo e investigadora de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología de la UNIR.
De este modo, el equipo ofrece una lista de recomendaciones orientadas a la discapacidad intelectual: “La discapacidad, según consenso de la ONU, es un término que evoluciona, que depende del contexto y que no implica perpetuidad. Con estas recomendaciones abrimos la posibilidad de un contexto digital en el que no exista la falta de capacidad”, apunta la investigadora.
Algunas recomendaciones
Los experimentos mostraron barreras de comprensión vinculadas con la memoria a corto plazo; por ello, una de las primeras recomendaciones que plantea el trabajo es que las interfaces dirigidas a usuarios con síndrome de Down incorporen avisos para la evasión de errores. Por ejemplo, un aviso que advierta al usuario de que va a cerrar un formulario sin antes hacer clic en el botón ‘enviar’.
Además, los autores recomiendan la utilización de elementos visuales en lugar de auditivos, así como incluir recordatorios a la experiencia de usuario y aplicar peticiones que no impliquen cambios de contexto, entre otros.
Por otro lado, el estudio identificó barreras que afectan a la memoria a largo plazo y que pueden ocasionar problemas ante la comprensión general de Internet: “La capacidad ‘visoespacial’ requiere memoria, concentración y reflexión. En virtud de ello recomendamos estructurar las páginas de manera similar, especialmente si incorporan elementos recurrentes”, apunta Rubén González Crespo, coautor del trabajo.
A este respecto, el investigador también recomienda aprovechar al máximo los enlaces, no solo para la navegabilidad, sino para ofrecer definiciones de palabras inusuales, abreviaturas o tecnicismos.
Evitar elementos temporales, incluir al menos dos tipos de visualizados en las configuraciones, utilizar iconos de baja iconicidad y no reproducir contenidos sin el consentimiento del usuario son algunas otras de las recomendaciones a disposición de los desarrolladores web.