Los síntomas de alergia, la congestión o el picor de ojos so compañeros cada vez más habituales entre los habitantes de las grandes ciudades. Pero lo que puede parecer una simple alergia, es también un aviso de que hay un problema en nuestra atmósfera, y ese problema puede causarnos problemas de salud que a largo plazo podrían llegar a ser mortales. Un problema que se agrava si tenemos en cuenta que los niños constituyen uno de los colectivos más propensos a caer en este tipo de enfermedades.
Más de 1500 muertes prematuras relacionadas con las emisiones de las centrales eléctricas entre 2015 y 2016
Entre los principales agentes que contaminan y dañan el clima, se encuentran las centrales eléctricas de combustibles fósiles, que emiten partículas contaminantes y dañinas para nuestra salud tales como el dióxido de azufre o el óxido de nitrógeno. De hecho, según el informe “Oscuro panorama: las secuelas del carbón”, realizado por el Instituto Internacional de Derecho y Medioambiente, entre 2015 y 2016 estas emisiones se relacionaron con más de 1500 muertes prematuras y 914 ingresos hospitalarios debido a enfermedades respiratorias o cardiovasculares.
El cambio climático está además provocando modificaciones en los periodos de polinización con una consiguiente variación de la distribución de alérgenos lo que provoca que aumente el volumen de población alérgica que antes no lo era. Pero el cambio climático no sólo incide en la alergia. Los agentes contaminantes ahora se alojan en los granos de polen y permanecen más tiempo en nuestra atmósfera. De esta forma se convierten en una amenaza más peligrosa puesto que, no solo permanecen más tiempo en nuestra atmósfera, sino que además se unen a los alérgenos cuando estos entran en nuestras vías respiratorias.
Un problema no sólo de alergias, sino para el desarrollo cognitivo y la seguridad alimentaria
El aumento de la alergia no es el único peligro asociado al cambio climático. Con él también viven enfermedades cardiovasculares y respiratorias como pueden ser el asma o la EPOC, incluso de problemas circulatorios y algunos tipos de cáncer. El más común de todos el cáncer de pulmón, pero también se asocia con el de mama, vejiga o riñón.
Pero el cambio climático y la contaminación no solamente afectan a nuestra respiración o circulación. Más allá de lo que puede apreciarse a primera vista, se ha encontrado que también tiene una fuerte influencia en el desarrollo cognitivo afectando en áreas como la capacidad laboral, la productividad, capacidad de concentración, etc. lo que a largo plazo influye también en la economía del país.
El cambio climático aumenta las concentraciones de CO2 que disminuyen la calidad de los cultivos.
Para terminar, es importante resaltar la incidencia que el cambio climático tiene en nuestra salud alimentaria. Los cambios estacionales, la falta de lluvias, el aumento de olas de frío y olas de calor, y sobre todo el aumento de concentraciones de dióxido de carbono, hace que la calidad de los cultivos disminuya. Este descenso de la calidad de los cultivos hace que obtengamos una menor cantidad de proteínas y nutrientes necesarias para un estado de salud óptimo y facilita el desarrollo de enfermedades como la anemia o los problemas de crecimiento fruto de esa ausencia de nutrientes.