El Alzheimer es el tipo de demencia más frecuente en ancianos y en nuestro país afecta a más de 800.000 personas según la Sociedad Española de Neurología (SEN)

Un estudio internacional que cuenta con la participación de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha identificado en la resonancia magnética un nuevo biomarcador que permitiría detectar el Alzheimer en sus fases más iniciales.

Actualmente el diagnóstico precoz es uno de los principales retos en el tratamiento del Alzheimer. Los cambios que la enfermedad provoca en sus fases iniciales son tan sutiles que dificultan el establecimiento de técnicas o patrones de diagnóstico precoz. Hecho que explica que casi 4 de cada 10 casos estén aún sin diagnosticar.

“Cuando a un paciente se le diagnostica Alzhéimer, la atrofia ya está bien establecida en el cerebro. En los individuos afectados, los volúmenes entorrinales ya se han reducido en un 20-30 % y los volúmenes del hipocampo en un 15-25 %”, explica Consuelo Gonzalo, del Centro de Tecnología Biomédica de la UPM y una de las autoras del estudio.

El estudio que sigue la nueva tendencia de intentar detectar y evaluar la atrofia cerebral en sus inicios, ha demostrado una mejora significativa en la clasificación de la enfermedad de Alzhéimer según el deterioro cognitivo que provoca.

“Aunque dadas las diferencias de edad, sexo, deficiencia o calidad de imagen entre las poblaciones de estudio es imposible hacer una comparación directa, en general, podemos afirmar que los resultados obtenidos son comparables o mejores que los de métodos texturales similares”, afirma Consuelo.

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