La dermatitis atópica es una de las enfermedades de la piel más comunes entre los niños. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), se estima que afecta a más del 3% de la población española. Esto supone cerca de un millón y medio de habitantes. Se trata de una lesión cutánea caracterizada por la aparición de eccemas que causan un intenso picor que puede llegar a afectar a la calidad de vida de las personas.
En torno al 20% de quienes la padecen, desarrollan esta afección durante la infancia. Las primeras manifestaciones suelen empezar en la época de lactancia. Esta patología tiene una base genética que altera los mecanismos de la función barrera defensiva de la piel, y facilita su sequedad. Además, provoca una activación del sistema inmunitario que da lugar los brotes de inflamación.
Los síntomas de la dermatitis atópica empeoran con el frío. Por este motivo, y debido a la cercanía del invierno, el Dr. Tomás Chivato Pérez, catedrático y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo recomienda “intensificar los cuidados en invierno”. Además, reconoce “la importancia de que los familiares y toda la comunidad sanitaria conozca esta enfermedad, qué complicaciones pueden surgir y cómo tratarla”.
El papel clave del apoyo nutricional en el tratamiento de la dermatitis atópica
Respecto a las causas de la dermatitis atópica, el Dr. Chivato comenta que “con mucha frecuencia la dermatitis atópica se asocia o subyace detrás de una alergia a alimentos, como la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV) o de huevo, o a alérgenos ambientales, como los ácaros del polvo doméstico. Por ello, en la dermatitis atópica cada tratamiento debe individualizarse, identificando y reduciendo los efectos causales o exacerbantes, como evitar la ingesta de determinados alimentos. Por esta razón, abordar la microbiota intestinal es importante para reducir el riesgo o la persistencia de enfermedades alérgicas”, explica.
Existen estudios que muestran como las trayectorias anómalas de la microbiota intestinal en lactantes pueden retardar el desarrollo de tolerancia oral y a su vez desempeñar un papel clave en la aparición de alergias a los alimentos. Se ha demostrado que los lactantes con alergias a los alimentos tienen niveles bajos de bifidobacterias y lactobacilos en su microbiota intestinal, en comparación con lactantes sanos alimentados con leche materna.
Un estudio llamado Synbad, ha comprobado que la microbiota de los lactantes alimentados con una fórmula extensamente hidrolizada con la mezcla prebiótica scGOS/IcFOS (9:1) y Bifidobacterium breve es más parecida a los lactantes alimentados con lactancia materna. “Este estudio ha demostrado que la suplementación de una fórmula extensamente hidrolizada con simbióticos, como se denomina a la mezcla de prebióticos y probióticos, reduce los síntomas de alergia en lactantes con dermatitis atópica”, concluye el Dr. Chivato.