El 50% de la población española tiene cifras elevadas de colesterol. De ellos, se estima que solo la mitad puedan estar diagnosticados; y de aquellos que lo están, sólo la mitad están siendo tratados. Así lo ha puesto de manifiesto el doctor Jesús Millán, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, en el marco de la II edición de las Jornadas Algo + en Prevención, organizadas por Mylan, con la colaboración de la Sección de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), en las que cerca de 100 especialistas debaten acerca del papel de estos compuestos en la prevención cardiovascular.
Unas cifras “alarmantes”, de “pandemia”, frente a las que, tal y como señala el doctor Carlos Escobar, del Servicio de Cardiología en el Hospital Universitario La Paz, es importante tomar todas “las medidas necesarias” para reducirlas. En este contexto, el propio doctor Escobar junto a un grupo de trabajo con participación de la Sociedad Española de Arteriosclerosis, la Sección de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y profesionales de Atención Primaria han elaborado el primer ‘Consenso en el uso de nutracéuticos en España’, que se ha presentado en las jornadas.
existe desconocimiento acerca de qué son los nutracéuticos, la actividad de cada uno, sus combinaciones y en qué tipo de pacientes se pueden utilizar
Los nutracéuticos son sustancias activas de origen vegetal o animal, concentradas, y administradas en forma farmacológica. “Lo más importante es que para pertenecer a este grupo han debido demostrar su eficacia y que son útiles en algún o algunos problemas de salud”, explica el doctor Millán.
Sin embargo, el doctor Escobar señala que el consenso surge porque en España, no sólo entre los pacientes, sino también entre algunos médicos, existe desconocimiento acerca de “qué son realmente los nutracéuticos, la actividad específica de cada nutracéutico, sus combinaciones, en qué tipos de pacientes se pueden utilizar, sus ventajas y limitaciones”. Apunta que esta fue la motivación para realizar un documento que analiza toda la evidencia científica disponible, “con el afán de aportar claridad sobre este tema, intentando ayudar a controlar el colesterol en nuestros pacientes de la manera más segura posible”.
Papel en la prevención cardiovascular
Los nutracéuticos son un grupo heterogéneo, recuerda el doctor Escobar, y no todos ellos han demostrado contar con la misma capacidad en el control de los factores de riesgo: “De ahí la importancia del asesoramiento médico. Es el facultativo quien conoce la situación de cada paciente y el efecto de cada una de esas sustancias, de cara a adecuar el mejor tratamiento posible”.
Además, agrega el experto, en prevención primaria (pacientes que no han tenido enfermedad cardiovascular), “hay ocasiones en las que el nutracéutico es suficiente para lograr los objetivos de colesterol que nos marcamos”. Además, explica que son útiles en aquellos pacientes que no quieren tomar medicación y prefieren productos naturales; en pacientes con colesterol alto, pero que no toleran las estatinas u otras alternativas terapéuticas, incluso, en pacientes que con tratamiento farmacológico habitual no consiguen los objetivos de control, hay estudios que sugieren que algunos nutracéuticos se podría combinar de forma segura”.
Por su parte, el doctor Millán recuerda que la prevención cardiovascular está nucleada alrededor del control de los factores de riesgo fundamentales: “dislipemias, hipertensión arterial, diabetes, factores de índole metabólica, y relacionados con el estilo de vida y los hábitos”. Además, apunta que el papel de los nutracéuticos en este campo, “bien acreditado, es contribuir al control de alguno de los principales factores de riesgo, como es el caso -ante todo y fundamentalmente- de la hipercolesterolemia”. Si bien, hace hincapié en que no se puede olvidar que “tienen efectos beneficiosos sobre la tensión arterial o sobre el metabolismo hidrocarbonado. Hay que considerar que existen nutracéuticos como elementos o productos aislados, y otros que se presentan para su empleo en combinación fija; y esto último permite una diversidad de acciones sobre distintos aspectos”.
Manejo de la dislipemia
Para el doctor Millán, por sus efectos sobre el colesterol total y LDL, así como -con cierta frecuencia- sobre triglicéridos y HDL, pueden ser tenidos en consideración en el manejo de la dislipemia, tanto en prevención primaria como en prevención secundaria: “En el primer caso, cuando existe una hipercolesterolemia moderada y un riesgo bajo o moderado. En el segundo, cuando es preciso intensificar el esfuerzo terapéutico para controlar LDL con medidas adicionales al tratamiento convencional (estatinas). Y en ambos casos, siempre que precisemos una terapia hipocolesterolemiante y tengamos dificultad de uso de estatinas por intolerancia a las mismas, efectos adversos, o rechazo por parte del paciente”.
Por último, el doctor Millán asegura que es “muy importante” sensibilizar al mundo científico y a los profesionales sobre la auténtica relevancia y dimensión clínica del empleo de nutracéuticos en la práctica clínica. “Hemos de mostrar que existen resultados, incluso a largo plazo, que muestran la eficacia y seguridad de estos productos, así como el beneficio clínico que acompaña a su empleo, o la especial utilidad de algunas combinaciones con notables evidencias científicas”, agrega.
Por otra parte, afirma que han llevado a cabo, con la colaboración de Mylan, un estudio con metodología Delphi para conocer la realidad de su empleo y los aspectos que los profesionales comparten sobre los fundamentos de su uso y el perfil de pacientes candidatos.