Una fibrosis en el hígado es una forma de denominar la presencia de cicatrices hepáticas. La cicatrización de la fibrosis hepática tiene lugar cuando hay una herida en el hígado. Por ello, son varias las enfermedades hepáticas que pueden provocar una fibrosis, que es el resultado un daño hepático.
Tras sufrir una lesión el hígado trabaja para repararse. Para ello, crea nuevas células hepáticas y una red de tejido conectivo. Cuando el hígado sufre un daño constante, este proceso se llevará a cabo continuamente. Lo que provoca un cúmulo de células hepáticas que forman un tejido cicatrizante. A medida que evoluciona la enfermedad, el hígado irá perdiendo su tejido por este otro.
Fibrosis es un estado leve de daño hepático que va evolucionando. En fases posteriores, la fibrosis progresa y afecta a los hepatocitos y otras células importantes. A largo plazo, provocará daños graves y enfermedades como la insuficiencia hepática o el cáncer de hígado, pudiendo requerir un trasplante.
Esto se debe a que, cuando se cuenta con grandes cantidades de tejido cicatrizante la estructura interna del hígado se altera. Por ejemplo, afecta a la circulación sanguínea del hígado, lo que dañará aún más a las células hepáticas.
¿Qué es la cirrosis?
Una fibrosis avanzada se llama cirrosis. En este punto se suele considerar que el daño es irreversible y que las funciones y estructura del hígado han sido completamente alteradas. Una de las primeras señales de la aparición de cirrosis es la hipertensión portal.
La hipertensión portal ocurre cuando existe poco espacio para que fluya la sangre. Esta condición consiste en un aumento de la presión en la vena porta (que es la que transporta la sangre del intestino al hígado).
¿Cuáles son las fases de una fibrosis hepática?
Entendiendo la evolución de la fibrosis, esta puede clasificarse en 4 fases:
- Fase 1: Este es el inicio de la enfermedad y la cicatrización es mínima. En este punto pueden tomarse medidas para reducir la evolución de la fibrosis y revertirla. Actualmente existen algunos tratamientos (que son más limitados para estados avanzados de la enfermedad) y cambios en el estilo de vida que pueden disminuir la inflamación hepática e incluso modificar la arquitectura hepática.
- Fase 2: La cicatrización ocurre de forma habitual y se ha extendido fuera del hígado y hay un claro diagnóstico de fibrosis significativa.
- Fase 3: En este estadio la enfermedad se propaga y crea puentes con otras zonas del hígado. En estos casos la fibrosis es considerada grave.
- Fase 4: En este momento la fibrosis hepática está avanzada con una cicatrización extendida.
Tratamientos para la fibrosis
A parte de la alimentación y el estilo de vida, existen limitadas opciones terapéuticas para hacer frente a la enfermedad, aunque sí hay numerosas investigaciones en marcha. El estudio «Pan-PPAR agonist lanifibranor improves portal hypertension and hepatic fibrosis in experimental advanced chronic liver disease», elaborado por el grupo Biología Vascular Hepática del IDIBAPS y la institución Barcelona Liver Bioservices (BLB) bajo el liderazgo de Jordi Gracia-Sancho, jefe del grupo en IDIBAPS e investigador del CIBEREHD, ha demostrado la eficacia de un fármaco sobre la hipertensión portal y la fibrosis hepática en modelos preclínicos de enfermedad hepática crónica.
El trabajo señaló que el agonista pan-PPAR lanifibranor en la mejora del fenotipo de las células endoteliales sinusoidales del hígado, las células estrelladas hepáticas y los macrófagos hepáticos lo que, en última instancia, lleva a una reducción de la presión portal y la fibrosis hepática.
La evaluación de este tratamiento se encuentra en fases preclínicas y los investigadores creen que también puede tener eficacia en pacientes con esteatohepatitis no alcohólica o con cirrosis descompensada e hipertensión portal.