La migraña, un trastorno debilitante que afecta a millones de personas, puede manifestarse en formas tanto episódicas como crónicas. La migraña episódica (ME) se define por tener hasta 14 días de dolor de cabeza al mes, mientras que la migraña crónica (MC) se caracteriza por tener dolor de cabeza durante 15 o más días al mes durante un período de 3 o más meses, cumpliendo los criterios de migraña en al menos 8 de esos días.
A pesar de estos datos, la migraña suele ser banalizada y, por tanto, invisibilizada. “Vivir con migraña es como navegar en un mar de limitaciones. A menudo, esta condición se subestima y se minimiza, relegándola a un simple dolor de cabeza, pero para quienes la experimentamos, la migraña es mucho más que eso”, explica Ana Satrústegui, vocal de la junta directiva de la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE). “Cuando una crisis de migraña te golpea, la vida se detiene por completo y todo lo que podemos hacer es refugiarnos en la oscuridad, buscando desesperadamente alivio del ruido y los olores que suelen intensificar nuestro dolor. A veces, estos episodios pueden durar horas interminables o incluso días enteros, dejándonos atrapados en la cama y aislados del mundo exterior”, continúa.
En el Día Internacional de la Salud para las Mujeres, celebrado cada 28 de mayo, se busca concienciar y abordar diversas enfermedades y padecimientos que afectan a las mujeres y que, en muchos casos, pueden prevenirse, como la migraña. Según el presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), el doctor Jesús Porta-Etessam, «la migraña es la primera causa de discapacidad en mujeres menores de 50 años y afecta todas las esferas de la vida: familiar, laboral y social».
La migraña no solo afecta físicamente, sino que también tiene un profundo impacto en la calidad de vida de quienes la padecen. Desde la incapacidad para realizar actividades diarias hasta la alteración de las relaciones interpersonales, la migraña puede provocar ansiedad, depresión y una disminución considerable en la calidad de vida relacionada con la salud. Además, las personas que sufren de migraña enfrentan dificultades en el ámbito laboral, con un aumento del absentismo y del presentismo, lo que resulta en pérdidas económicas tanto para el individuo como para la sociedad en general.
Retos en la migraña
De acuerdo con el Dr. Porta-Etessam, “es crucial abordar el estigma social que rodea a esta enfermedad, así como garantizar un acceso equitativo a los tratamientos para los pacientes que los necesiten. Nuestro objetivo es brindar atención adecuada y efectiva en las consultas, como las Unidades de Cefalea, para aquellos pacientes con discapacidades graves. Además, es fundamental intervenir de forma temprana para evitar la progresión de la migraña episódica a crónica y proporcionar el apoyo necesario en cada etapa”.
La migraña afecta tanto a nivel personal como profesional. Satrústegui destaca que “durante las edades más activas de la mujer, entre los 20 y los 50 años, cuando estamos construyendo nuestras carreras y familias, la migraña puede detenernos en seco. Sueñas con ser madre, con avanzar en tu carrera, pero la migraña puede interponerse en el camino”. Así, subraya que la migraña no solo causa dolor físico, sino que también puede ser una barrera para alcanzar metas y disfrutar de momentos significativos en la vida.