El dolor de cabeza, también llamado cefalea, es un trastorno muy frecuente. Según la Organización Mundial de la Salud, en el último año ha afectado al 50 por ciento de la población adulta.
Además, la Sociedad Española de Neurología (SEN) apunta que hasta un 90 por ciento de la población masculina y un 99 por ciento de la femenina asegura haber padecido dolores de cabeza, que pueden oscilar entre una cefalea ocasional hasta crisis repetidas y frecuentes de gran intensidad.
La cefalea es una sensación dolorosa localizada en la bóveda craneal, parte alta del cuello o nuca y mitad superior de la cara, variable en cuanto a intensidad, frecuencia y duración.
Lo más común en la Atención Primaria
La mayoría de los casos que acuden a la consulta médica son cefaleas primarias, es decir, no están asociadas a otra enfermedad. Entre los signos y síntomas asociados destacan: fiebre sin foco, vómitos en escopetazo, papiledemia, focalidad neurológica, crisis epilépticas, trastornos de conducta o alteración del nivel de conciencia.
En ocasiones, los dolores de cabeza son mucho más frecuentes y de gran intensidad. En ese momento pasamos a hablar de la migraña, que es una enfermedad neurológica incapacitante y va asociado a otros problemas: náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz, los sonidos y los olores, etc.
Este trastorno, se trata de uno de los motivos de consulta más frecuentes en Atención Primaria y en los servicios de neurología supone el 25% de las consultas. También hay que tener en cuenta que las consultas de pacientes con cefalea son muy habituales en las farmacias. La importancia de esta últimas es vital para ayudar a la mejora de estos pacientes incluso antes de pasar por el médico.
Propuestas de mejora
En el Atlas de la Migraña en España se recogen algunas propuestas para mejorar el abordaje del paciente con cefalea:
- Impulsar programas educativos para las personas con migraña, sobre todo, para reconocer la sintomatología.
- Mejorar la preparación de la consulta médica por parte del paciente y profesional sanitario.
- Favorecer el abordaje multidisciplinar y coordinado de la migraña.
- Implicar a todos los agentes del entorno laboral y dotarles de información útil sobre la migraña.
- Favorecer el autocontrol y autocuidado de la migraña. Por ejemplo, un calendario que permita el control de los síntomas.
- Impulsar programas educativos para profesionales sanitarios e impulsar el interés.
- Informar a los profesionales de la importancia de registrar en la historia clínica toda la información para facilitar el manejo.