Un lipoma generalmente se conoce como un bulto de grasa con un crecimiento lento, situado normalmente entre la piel y la capa muscular oculta, pudiéndose formar en cualquier parte del cuerpo.
Habitualmente no produce dolor, y se mueve con facilidad al ser presionado con los dedos, sintiéndose pastoso. Suelen ser inofensivos y benignos, sin necesidad de tratamiento a menos que sea doloroso, siendo recomendable su extirpación. Su desarrollo es más común durante la mediana edad y en mujeres.
Los lipomas se encuentran formados por células grasas de tejido adiposo. Cuando aparecen muchos más en conjunto, se denomina lipomatosis. A continuación, te explicamos las características principales, factores de riesgo y tratamientos a seguir respecto a los lipomas.
Características principales del lipoma
Los lipomas suelen presentar las siguientes características:
- Son de tacto suave y pastoso. Producen un movimiento ligero al ejercer presión con los dedos.
- Son de tamaño pequeño. Suelen medir menos de 5 centímetros de diámetro, pudiendo aumentar el tamaño hasta 10 centímetros.
- Se encuentran debajo de la piel, pudiéndose presentar en cuello, brazos, hombros, espalda, muslos o abdomen.
- No suelen provocar dolor, a menos que crezcan y ejerzan una fuerte presión sobre los nervios cercanos. En cualquier caso, es recomendable acudir al médico para una revisión en cuando se detecte uno.
Factores de riesgo más comunes para el desarrollo de lipomas
Aunque no existen causas completamente determinantes ni claras, los lipomas suelen repetirse en las familias, siendo el factor genético un elemento influyente e importante en su desarrollo.
Entre los factores de riesgo que pueden provocar el desarrollo de un lipoma, se encuentra también la franja de edad comprendida entre los 40 y 60 años, pues aunque puede aparecer a cualquier edad, es más común en ese grupo.
Además, existe un mayor riesgo de desarrollarlo en aquellas personas que padecen patologías como la enfermedad de Dercum, el Síndrome de Gardner o el de Cowden, o la enfermedad de Madelung. La obesidad o sobrepeso y alto consumo de alcohol también pueden influir en su desarrollo.
Tratamiento de lipomas
Habitualmente los lipomas no exigen ningún tipo de tratamiento, a menos que como se ha mencionado, supongan una incomodidad u aumente de tamaño, siendo recomendable su extracción.
Durante su diagnóstico, se deberá realizar una exploración física para diferenciarlo de otros tumores más comunes como los quistes, siendo una resonancia magnética la prueba ideal. Es importante conocer dónde está localizado de cara a una posible cirugía, para conocer las estructuras de músculos, tendones, nervios… Con los que contacta.
Por tanto, los tratamientos más comunes de los lipomas son:
- Extracción quirúrgica mediante un corte. Con el riesgo de sufrir efectos secundarios al formarse una cicatriz o hematomas. De la aparición posterior de otro lipoma, es poco frecuente.
- Liposucción. Se extrae el bulto de grasa mediante una aguja y una señora grande.
- Inyección de esteroides, que reduce el tamaño del tumor por lo general no lo elimina del todo.