Un estudio liderado por investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y de la Universidad de Barcelona ha descubierto que la inhibición de la actividad de una enzima mejora los resultados de los trasplantes de islotes pancreáticos, un prometedor tratamiento de medicina regenerativa para la diabetes tipo 1.
Los experimentos se han realizado en ratones diabéticos a los que se les han trasplantado islotes de otros ratones o islotes humanos. Los resultados, publicados en la revista Science Translational Medicine, han identificado una proteína como la potencial moduladora de la revascularización de los islotes pancreáticos. Tras el trasplante de islotes, se observó que los injertos que no tienen esta proteína experimentan una mayor revascularización, con lo que las células son viables y hay una recuperación de los niveles de azúcar normales y de la tolerancia a la glucosa.
Medicina regenerativa
Los islotes pancreáticos son unos cúmulos formados por diferentes tipos de células con función endocrina que producen hormonas como la insulina y el glucagón. En concreto, son las células beta de los islotes las que se encargan de la producción de la insulina.
Sin embargo, en la diabetes tipo 1 estas células son destruidas de forma selectiva por un proceso autoinmune. Es por este motivo que el trasplante de islotes pancreáticos es un tratamiento de medicina regenerativa que puede restablecer la función fisiológica en pacientes con este tipo de diabetes.
Fallos en el trasplante de islotes pancreáticos
El entorno normal de los islotes está formado por una red densa de capilares responsable del transporte de oxígeno, hormonas y nutrientes hacia los islotes y del transporte de las hormonas generadas hacia el torrente sanguíneo.
Por este motivo, cuando el trasplante falla, suele ser, principalmente, por la baja capacidad para crear nuevos vasos que permitan la llegada de nutrientes a las células, la cual tiene como consecuencia la pérdida de los islotes pancreáticos trasplantados.
Esto se debe a que, para preparar un trasplante, los islotes se separan de su red vascular, con lo que después de ser trasplantados su correcta función y supervivencia dependen de la capacidad de creación de nuevos vasos hacia el sistema vascular del receptor.
“El implante de islotes se revasculariza, pero no lo suficientemente rápido. En el trabajo nos hemos centrado en conseguir que en el momento del trasplante se creen los vasos suficientes para mantener los islotes en condiciones óptimas y mejorar el éxito de esta estrategia para el tratamiento de la diabetes tipo 1”, apunta Rosa Gasa, líder del estudio.
Resultados del estudio
Gracias al estudio llevado a cabo, los investigadores han identificado una diana molecular que permitiría que los islotes pancreáticos trasplantados fueran viables. Se trata de una enzima que se encuentra en todas las células, también en las células beta pancreáticas.
Los resultados demuestran que la inhibición de esta enzima, una fosfatasa llamada PTP1B, provoca una mayor revascularización, lo que se traduce en una mejor funcionalidad y supervivencia de los islotes.
Con su inhibición, se promueve la actividad del factor de crecimiento pro-angiogénico VEGF que facilita la creación de nuevos vasos sanguíneos y, por tanto, hacen que el injerto se revascularice y sea viable.
«La regulación de la revascularización la inducen la hipoxia o la falta de nutrientes y la inhibición de la fosfatasa amplifica esta respuesta. En el momento en que desaparece el estímulo, se para la creación de nuevos vasos sanguíneos«, explica Gasa.
“Este estudio constituye una prueba de concepto que puede llevar a eliminar uno de los motivos que hacen que el trasplante de islotes pancreáticos falle. Existen inhibidores de PTPB-1 o de fosfatasas menos específicas y el siguiente paso será probar estos inhibidores en el trasplante de islotes en humanos y valorar su éxito”, concluye Ramón Gomis, coordinador del estudio.