Estornudos, picor, ojos llororos o congestión son algunos de los síntomas principales de la rinitis. Sus causas pueden ser diversas, siendo los resfriados o las reacciones alérgicas las principales causantes de la rinitis. Por lo general su tratamiento es sencillo y varia según sea la causa que lo genera.
¿Qué es la rinitis y cuales son sus síntomas?
La rinitis se produce cuando la mucosa nasal, es decir, el revestimiento mucoso de la nariz, se inflama con la consiguiente hinchazón. Se estima que prácticamente 1 de 4 personas han tenido esta inflamación en algún momento de su vida. En España, constituye uno de los principales motivos de consulta en alergología.
Por lo general entre los síntomas más habituales, las personas suelen experimentar:
- Goteo nasal, lo que se conoce popularmente como agüilla.
- Estornudos.
- Taponamiento nasal.
- Picor en la zona de la nariz, aunque también es posible que aparezca en la garganta y los ojos.
- Ojos llorosos.
- Pérdida de olfato.
- Dificultad para respirar.
Otros signos propios aunque no tan comunes son el dolor de cabeza, la tos, perdida de apetito o inclusive trastornos del sueño o cambios en el estado de animo.
Causas de la rinitis
La rinitis es ocasionada en gran medida por factores externos que provocan reacción alérgica en el sujeto (rinitis alérgica) o como síntoma de infección ante la presencia de virus. En líneas generales, sus causas son diversas y constituyen la forma de su clasificación.
Rinitis alérgica
La rinitis alérgica es provocada por agentes tales como el polen, el moho, las hierbas, ciertos alimentos, el polvo o inclusive el epitelio de animales domésticos como los perros y los gatos. Las alergias pueden presentarse de forma constante o estacional, principalmente primavera. Las personas afectadas por la rinitis alérgicas además de picor, secreción nasal u ojos llorosos, es habitual que presenten dolores de cabeza, tos o silibancias al respirar.
No alérgica
Principalmente provocada por virus o bacterias. En estos casos, además de los síntomas habituales es posible experimentar febrícula o fiebre a causa de la infección. La sinusitis en ocasiones suele ser síntoma de otras afecciones tales como la tuberculosis, la sífilis, el rinoscleroma o la lepra.
Tratamiento de la inflamación de la mucosa nasal
El abordaje de la rinitis depende de la causa de origen. El tratamiento más eficaz es evitar el contacto con aquellos agentes que provoquen o agudicen los síntomas de la rinitis.
Por lo general, en el caso de la rinitis alérgica, se suele recurrir al uso de antihistamínicos o aerosoles nasales con corticoesteroides. También es posible, emplear solución salina para aliviar los síntomas. Inclusive, actualmente, en el caso de la rinitis alérgica se está probando nuevas líneas terapéuticas como la inmunoterapia.
Consejos básicos para prevenir la rinitis
Las personas con tendencia a este trastorno, principalmente, rinitis alérgica, aunque no presentan mayor gravedad, sí que esta afección puede llegar a ser molesta. Para ello, existen una serie de hábitos que pueden minimizar el riesgo de desarrollar inflamación en la mucosa nasal:
- En caso de presentar alergia, evitar salir a la calle durante la mañana en primavera, ya que se asocia a mayor cantidad de polen.
- Evitar zonas forestales tales como parques, campo o zonas con árboles.
- Ventilar la casa a primera hora de la mañana.
- Como medio de transporte es preferible el uso del coche.
- Utilizar gafas de sol para evitar el contacto de los ojos con partículas externas.
- En caso de disponer de sistemas de ventilación o aparatos de aire acondicionado, limpiarlos con frecuencia, sobre todo, los filtros.
- Limpiar el polvo con regularidad y evitar objetos que puedan acumularlo como las alfombras.
- Uso de humificador en espacios cerrados.