Preeclampsia en el embarazo: cuanto antes se aborde, mejor

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La identificación de marcadores angiogénicos en el primer trimestre del embarazo, en especial el factor de crecimiento placentario (PLGF), no sólo es capaz de predecir el 90% de las pacientes que van a desarrollar preeclampsia (PE) antes de las 34 semanas de gestación, la más grave, sino que, además, permite evitar que se desarrolle la enfermedad en el 60% de los casos, tal y como han puesto de manifiesto en el marco de la VII Jornada Nacional de Preeclampsia, organizada por Roche Diagnostics.

La preeclampsia es un trastorno hipertensivo característico de la gestación humana debido a una disfunción placentaria temprana, que consiste en la aparición más allá de las 20 semanas de hipertensión y proteinuria (una excesiva pérdida de proteínas por la orina), aunque no en todos los casos, o bien de hipertensión y “manifestaciones de daño endotelial sistémico como puede ser aumento de transaminasas hepáticas, plaquetas bajas, hemolisis, y daño renal o cerebral, siendo la manifestación más grave la aparición de convulsiones que se conoce como eclampsia. Además, condiciona el bienestar fetal con un riesgo de hipoxia, restricción de crecimiento, prematuridad y muerte”, apunta la doctora Elisa Llurba, directora del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.

“Si se complica la enfermedad podemos vernos obligados a terminar el embarazo antes de término (el bebé suele ser habitualmente viable en el tercer trimestre), de no hacerlo así podría terminar en eclampsia o en fallo multiorgánico”, matiza el doctor Jose Luis Bartha, jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario La Paz.

Coincide con esta apreciación el doctor Alberto Galindo, jefe de servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario 12 de Octubre, que ahonda: “Los daños en estos órganos de la madre, dependiendo de diferentes factores, pueden llegar a ser muy graves. La preeclampsia es la responsable de unas 50.000 muertes maternas al año en el mundo. De hecho, es la responsable del 15% de las muertes maternas que se producen durante el embarazo”.

Marcadores con múltiples funciones en preeclampsia

Los marcadores angiogénicos son parámetros bioquímicos que “indican que la placenta no está funcionando bien. Se debe tener en cuenta que la preeclampsia es fruto de una placenta disfuncional. Así, los marcadores angiogénicos serían un indicador precoz de esta insuficiencia placentaria, ya que están presentes incluso antes de que la enfermedad debute clínicamente”, agrega el doctor Galindo.

Este experto explica que la presencia de estos marcadores en la sangre de la paciente les permite anticiparse y saber con antelación qué paciente va a desarrollar un cuadro de PE en dos sentidos. Primero, “cuando la identificación de este riesgo la hacemos muy tempranamente, en el primer trimestre del embarazo, podemos administrar aspirina a dosis bajas y reducir en un 60% el riesgo de que esa mujer haga una preeclampsia. De tal manera que estamos evitando muchas preeclampsias y, fundamentalmente, las más graves, que son las más precoces”. Y, en segundo lugar, en el caso de que la paciente ya haya desarrollado la enfermedad, estos marcadores permiten, “tanto solos, como en combinación con otros parámetros, vigilar y tratar adecuadamente a estas embarazadas de alto riesgo”.

La identificación, apunta la doctora Llurba, se realiza con la historia materna (antecedentes de PE en anteriores gestaciones, hipertensión, enfermedades autoinmunes, gemelos, etc.), con la medición de la tensión arterial, y con una ecografía para determinar el flujo de las arterias uterinas. “Como nuevas herramientas contamos con la medición del PLGF en el primer trimestre que, con todo lo anterior, y mediante el uso de un algoritmo combinado de cálculo de riesgo, es capaz de predecir el 90% de las embarazadas que van a desarrollar preeclampsia antes de las 34 semanas de gestación”.

El doctor Galindo agrega que la identificación se realiza mediante una muestra de sangre, obteniendo el resultado en menos de una hora: “Es una medición sencilla y objetiva. En un factor numérico de muy fácil interpretación”. “En nuestro hospital, y en la mayoría de los hospitales españoles en las que se realiza la identificación de los marcadores angiogénicos -agrega- se utiliza una plataforma automatizada de Roche Diagnostics. Fue la primera compañía que no sólo desarrollo la plataforma automatizada, sino que, además, generó curvas de normalidad de estos marcadores a lo largo de todo el embarazo”.

Más riesgo de enfermedad cardiovascular

La doctora Llurba ha querido poner de relieve que la prevención de la PE es decisiva para la salud materna y neonatal. “Se sabe que las mujeres con preeclampsia tienen hasta 8 veces mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular en un futuro, por tanto, prevenir la preeclampsia es prevenir otras complicaciones de salud, además del trauma psicológico que supone esta complicación”. Argumenta, también, en relación al bebé, “que un niño tenga bajo peso o sea prematuro determina complicaciones a corto plazo, pero además un aumento de enfermedades crónicas (cardiovascular, metabólicas) y, por tanto, se está mejorando la calidad de vida de las futuras generaciones”.

Se ha visto que, aunque el diagnóstico de la PE “puede suponer una angustia inicialmente para la madre, por el riesgo asociado a esta condición, el ver que se pueden beneficiar del tratamiento preventivo y de un control más exhaustivo del embarazo mejora los niveles de ansiedad y están psicológicamente más preparadas ante las posibles complicaciones”.

Importancia en el segundo trimestre

En el segundo trimestre, puede utilizarse el marcador PLGF en solitario o en combinación con un marcador antiangiogénico, el sFlt-1, explica el doctor Bartha: “En esta fase del embarazo utilizamos normalmente la ratio, el cociente sFlt-1/PLGF. Cuando este cociente presenta unos parámetros altos quiere decir que alguno o los dos marcadores se encuentran alterados, y nos puede permitir predecir si la embarazada va a desarrollar preeclampsia”. Así, por ejemplo, añade, en la semana 20 del embarazo la paciente puede no presentar ningún síntoma de PE, “pero si el cociente está elevado, esa mujer puede desarrollar la enfermedad”.

Pero este cociente tiene más utilidades. El doctor Bartha agrega que tiene utilidad para reevaluar la eficacia del tratamiento con aspirina, si la paciente ya fue identificada de riesgo en el primer trimestre, o, “como recomiendan la mayoría de las guías”, para descartar la enfermedad: “Si una paciente entra por Urgencias en el hospital con la tensión en el límite y con una serie de síntomas compatibles con la preeclampsia se le analiza este cociente sFlt-1/PLGF. Si el resultado es un parámetro alto, existe riesgo de preeclampsia. Sin embargo, si es bajo, sabemos que no la va a desarrollar las próximas semanas. Es una herramienta muy interesante para diferenciar la preeclampsia de la hipertensión gestacional, que cursa con un cuadro mucho más leve”.

Por último, en esta fase del embarazo este cociente tiene otras dos importantes funcionalidades, precisa el doctor Bartha: “Cuando este cociente es muy elevado, con una paciente ya diagnosticada de preeclampsia, es un factor que nos ayuda a tomar la decisión sobre el momento más adecuado para finalizar el embarazo, y evitar complicaciones muy graves”. En esta línea, en pacientes de alto riesgo, ya hospitalizadas, se repite la prueba cada 72 horas y les permite una monitorización permanente.

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