¿Qué es una trombosis venosa profunda?

La trombosis está relacionada con 1 de cada 4 muertes en el mundo. Según el Instituto Gerontológico alrededor de 70.000 personas sufren la enfermedad tromboembólica venosa en España.

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En nuestras piernas y brazos existen dos sistemas venosos: las venas profundas, que circulan entre los músculos y los huesos, y las venas superficiales, que se encuentran entre los músculos y la piel.

Cuando en una de estas venas profundas del cuerpo se forma un coágulo, se produce una trombosis venosa.  Sus causas están relacionadas con el sedentarismo, una mala alimentación y la obesidad.

Además ahora, gracias a un reciente estudio del Hospital Ramón y Cajal y del Ciberer, se ha determinado que la enfermedad de la Covid-19 provoca trombosis venosa profunda en 1 de cada 6 pacientes.

La trombosis venosa superficial no es tan grave como la de las venas profundas. Se conoce como flebitis o tromboflebitis y puede darse en las venas de las piernas y brazos. Al ser más leve, produce un dolor localizado, pero no provoca hinchazón.

En cambio, la trombosis venosa profunda provoca, además de dolor, hinchazón y fiebre, e incluso, puede culminar en la muerte a causa del desencadenamiento de una embolia pulmonar. La formación de un coágulo puede impedir que la sangre continúe circulando hasta el corazón. La sangre se acumulará en la zona del coágulo y por eso aparece una hinchazón que causa dolor.

El mayor peligro de la trombosis venosa profunda es que el trombo o coágulo se rompa y se desenganche de la pared de la vena donde se ha formado. Cuando esto ocurre pueden surgir derrames, infartos, y con más frecuencia, embolias pulmonares.

En el caso de una embolia, esto se debe a que, tras el desprendimiento del trombo, este se desplaza a través del flujo sanguíneo hasta las arterias pulmonares. Una vez alcanzado los pulmones, el trombo obstruye las arterias del pulmón y causa la embolia pulmonar provocando aproximadamente las mismas muertes que un infarto de miocardio o un ictus.

Para tratar una trombosis los expertos prescriben anticoagulantes durante al menos tres meses

Cuanto más espesa sea la sangre, mayor probabilidad hay de que se formen coágulos, en consecuencia, el tratamiento frente a la trombosis tiene como objetivo volver a la sangre más líquida. En muchas ocasiones la trombosis no se elimina por completo. Generalmente, el tamaño del coágulo irá disminuyendo y poco a poco irá cicatrizando. Con el tiempo la vena donde se formó el trombo habrá recuperado prácticamente su flujo sanguíneo habitual.

Riesgos a tener en cuenta

Para tratar la trombosis venosa puede recurrirse a tratamientos anticoagulantes, que hacen la sangre más líquida. El riesgo, en esta situación, es sufrir grandes pérdidas de sangre ante una herida o un golpe, ya que tardará más tiempo el proceso de coagulación del cuerpo.  Esto significa que los médicos deben tener cuidado con que el tratamiento no incremente drásticamente los niveles de hemorragia en el paciente.

Asimismo, la alimentación es un punto clave a tener en cuenta por las personas bajo un tratamiento de anticoagulación. Según la Fundación Española del Corazón, los alimentos ricos en vitamina K pueden inhibir el efecto anticoagulante de los fármacos. La vitamina K afecta a la síntesis de factores de coagulación por parte del hígado, haciendo que el tratamiento anticoagulante no tenga efecto alguno. Un consumo de tan solo 300 a 600 gramos al día de alimentos ricos en vitamina K ya será suficiente para afectar a la terapia anticoagulante. Algunos alimentos ricos en esta vitamina a tener en cuenta son las verduras de hoja verde, las coles, los productos vegetales fermentados y las vísceras.

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