El cáncer es una enfermedad cada vez más común en la población. Sigue constituyendo una de las principales causas de morbi-mortalidad del mundo, con aproximadamente 18,1 millones de casos nuevos en el mundo en el año 2018. Además, las estimaciones poblacionales indican que el número de casos nuevos aumentará en las dos próximas décadas hasta 29,5 millones al año en 2040.
El 13 de julio se celebra el Día Internacional del Sarcoma, un tipo de cáncer que es frecuente en la etapa de la niñez y en adultos y por ello, queremos daros cierta información acerca de esta enfermedad.
¿Qué es el sarcoma?
El sarcoma es un tipo de cáncer que puede ocurrir en distintas partes del cuerpo y que afecta, sobre todo a los huesos y tejidos blandos. Existen, por tanto, dos tipos de sarcomas, el de partes blandas y los sarcomas óseos.
Se trata de un tumor maligno que se origina en los tejidos blandos del cuerpo, como los músculos, el tejido conectivo, los vasos sanguíneos, los vasos linfáticos, los nervios, los ligamentos y el tejido adiposo. Entre los diferentes tipos de cáncer, los sarcomas se encuentran entre los más raros.
Hasta el momento no está clara la causa del sarcoma. En general, se ha concluido, al igual que para otros cánceres, que se produce una mutación en el ADN dentro de las células. Estas mutaciones pueden provocar una proliferación de las células de forma incontrolable y generan una metástasis.
Existen factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de padecer un sarcoma como los síndromes heredados. Por otro lado, la radioterapia contra el cáncer también favorece la aparición de un sarcoma.
Además, la inflamación crónica o la exposición a sustancias químicas como las industriales o herbicidas pueden aumentar el riesgo de sarcoma que afecta sobre todo al hígado. Por último, la exposición a diferentes virus, concretamente al llamado herpesvirus humano 8.
Síntomas del sarcoma
En general, el sarcoma no produce síntomas en las primeras etapas aunque se trate de un tumor canceroso; cuando comienza a crecer, sin embargo, los síntomas son bastante vagos en función del tipo de tejido en el que aparezca. Muchas veces los síntomas no son palpables o localizables y deben ser evaluados por un especialista para encontrar las células cancerosas.
Sin embargo, cuando ya se comienzan a notar, se podrían resumir en los siguientes:
- Inflamación y dolor en los huesos.
- Protuberancias ya sea con dolor o sin él.
- Dolor abdominal.
- Vómitos
- Heces más oscuras de lo normal.
- Pérdida de peso.
Diagnóstico y tratamiento
Para el diagnóstico del tipo de tumor o sarcoma en pacientes adultos jóvenes se requiere una evaluación física por parte de un médico especialista, complementado con diagnóstico por imágenes, es decir, a través de una radiografía o resonancia magnética.
Una vez realizada la evaluación, se deben tomar muestras en el caso de que existiera alguna protuberancia y ya se dispondría de un diagnóstico. Si este es positivo, se deberá iniciar un tratamiento que siempre depende de cada caso.
En general suele realizarse una intervención quirúrgica, radioterapia, quimioterapia, tratamiento farmacológico o incluso inmunoterapia. Gracias a estos tratamientos se puede llegar a curar el sarcoma, pero para ello es fundamental el diagnóstico precoz y una actuación rápida.
