Cada vez con más los españoles que creen que un antibiótico es la mejor solución para curar la gripe o un simple resfriado. De hecho, según un estudio del centro médico Cleveland Clinic (EE.UU), la mayoría de los pacientes que visitan a su médico por una infección del tracto respiratorio, como dolor de garganta, resfriado, tos o gripe, espera la prescripción de un antibiótico. Y si es así y lo recibe, su valoración sobre la calidad de la consulta será mucho más positiva que en caso contrario.
Pero, ¿qué son los antibióticos?
Los antibióticos son fármacos potentes que se utilizan para combatir las infecciones bacterianas. Estos actúan matando directamente las bacterias, o impidiendo que éstas se reproduzcan.
Los antibióticos, como la Penicilina, descubierta por Alexander Fleming en 1928, constituyen un importante avance en el campo de la medicina. Sin embargo, su uso excesivo e inadecuado puede provocar efectos secundarios como la resistencia bacteriana, las reacciones alérgicas o la diarrea.
En 2018, una encuesta realizada por el Eurobarómetro, evidenció que un 19% de los españoles utilizaron los antibióticos para tratar infecciones virales como gripes, resfriados o dolores de garganta.
Asimismo, solo 4 de cada 10 españoles saben que la afirmación “los antibióticos matan virus” es falsa, algo contra lo que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ve necesario actuar, ya que, si el mal uso de los antibióticos sigue aumentando, dejarán de funcionar y las infecciones volverán a no tener cura como ya está ocurriendo en algunos casos.
¿En qué se diferencian los virus y las bacterias?
Por un lado, las bacterias son microorganismos vivos que viven en nuestro organismo, sobre todo en la piel, en nuestro sistema digestivo y en nuestras bocas y gargantas. De hecho, existen cien mil trillones de bacterias viviendo y desarrollándose sobre o dentro de nosotros.
Aunque la mayoría son inofensivas o tienen un rol positivo en el cuerpo (por ejemplo, ayudar a distribuir los nutrientes en nuestra dieta), algunas son peligrosas y tienen el potencial de producir una infección.
Son las responsables de muchas enfermedades infecciosas en la infancia, como la del oído, estreptococos en la garganta, algunas sinusitis e infecciones de las vías urinarias.
Por otro lado, los virus son más pequeños que las bacterias. Pero pesar de su tamaño, pueden ocasionar enfermedades moderadas y graves cuando ingresan a las células sanas en el cuerpo.
Entre los virus más conocidos están los del Síndrome de Inmunodeficiencia Humana (SIDA), la gripe, la rubéola, la varicela, el sarampión, la hepatitis o las paperas.
¿Cómo funcionan los antibióticos?
Si somos un profesional sanitario y nos encontramos ante una infección, el primer paso será determinar qué ha causando dicha infección. Para ello, se deberán hacer las pruebas necesarias al paciente y asegurarnos de que son analizadas por el Servicio de Microbiología.
En segundo lugar, si estamos ante una infección grave, se deberá iniciar el tratamiento antibiótico rápidamente. Lo aconsejable es que no pase más de una hora desde que se conoce el problema. Además, éstos siempre se darán bajo receta, tanto en personas como en animales.
Por último, hay que tener en cuenta que cada antibiótico actuará de una forma diferente, es por ello que, en ocasiones, pueden combinarse. Entre los principales mecanismos de actuación nso encontramos con:
- Antibióticos que destruyen la membrana que rodea a la bacteria, haciendo que explote. Por ejemplo, la penicilina.
- Antibióticos que interfieren con la síntesis de proteínas de los procesos vitales de la bacteria (macrólidos) o que impiden la replicación del material genético (quinolonas) y, por tanto, su proliferación.
“Los antibióticos NO valen para todo”
Con motivo de la celebración de la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos y el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos 2019, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha lanzado la campaña “Los antibióticos NO valen para todo”.
Se trata de un spot publicitario que tiene como objetivo concienciar a la población sobre la importancia del uso prudente de los antibacteriales y el riesgo que tiene su uso excesivo e indebido para la salud.
La campaña, desarrollada en el marco del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), está impulsada, además, por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).