El riesgo cardiovascular sigue siendo una de las causas de muerte que están en primer lugar en las sociedades occidentales como la nuestra, a pesar de la multitud de avances en prevencion y tratamiento que se han logrado en los últimos cinco años.
Reunión Anual sobre el Riesgo Cardiovascular 2020
Sin embargo, expertos reunidos en la segunda edición del Annual Review of Congresses on Cardiovascular Risk, organizado por Luzán 5 Health Consulting, han puesto de manifiesto que 2020 ha sido un año de grandes progresos para los pacientes con riesgo cardiovascular.
Concretamente, en esta sesión se han abordado cuatro problemas de salud en los que, durante este último año, se han hecho grandes descubrimientos.
El propio coordinador del encuentro, el Dr. Esteban Jódar, ha declarado que “en este último año hemos asistido a la publicación de estudios que van a suponer cambios significativos en la práctica clínica, tanto en lo que se refiere al tratamiento de la insuficiencia cardiaca (IC), como al control de la diabetes, el control lipídico y el uso de anticoagulantes”.
La importancia de esta reunión anual radica en potenciar avances clave en estas afecciones que aún no se han trasladado a la práctica clínica. Así pues, con este encuentro se busca poner en común este conocimiento, de una forma más rápida y actualizada, en estas cuatro áreas de salud.
1. Insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal
Estas dos patologías se dan a la vez con mucha frecuentes y, desgraciadamente, con mal pronostico. El Dr. Juan Cosín, jefe de servicio de Cardiología del Hospital Arnau de Vilanova (Valencia), destaca que optimizar el tratamiento mejoraría la mortalidad de la insuficiencia cardíaca aguda (situada en el 29% de los hospitalizados).
Durante el año pasado, se incorporó en el tratamiento de esta enfermedad nuevos fármacos y se confirmó que el uso de los iSGLT2 resultaba beneficioso para pacientes con insuficiencia cardio-renal.
2. Uso de anticoagulantes
Por su parte, el Dr. José María Fernández, especialista del área de servicio de Medicina Interna del Hospital Carmen y Severo Ochoa (Asturias), comentó que la publicación de la Guía de la Sociedad Europea de Cardiología sobre el manejo del paciente con fibrilación auricular ha supuesto “un camino exhaustivo sobre cómo y cuánto tratar a las personas con esta patología”, situando al paciente en el centro.
Además, los anticoagulantes de accion directa han demostrado ser superiores en eficacia y seguridad en el tratamiento de pacientes diabéticos con fibrilación auricular y en pacientes con insuficiencia cardiaca y fibrilación auricular, en comparación al tratamiento con Antivitamina K.
3. Control lipídico
El problema con los pacientes con riesgo cardiovascular es que “no se está ofreciendo tratamientos eficaces que puedan reducir sus complicaciones cardiovasculares”, así como declaró en el encuentro el Dr. Carlos Guijarro, especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Fundación Alcorcón en Madrid.
En este contexto, para mejorar el control lipídico, además de ir al colesterol LDL como diana terapéutica de referencia, se ha abierto el abanico y se ha reconocido que las lipoproteínas ricas en triglicéridos son igual de importantes y que se deberían considerar para la práctica clínica en el futuro cercano.
Por otro lado, se comentó que el tratamiento no solo debe ir dirigido a los pacientes con un altro riesgo cardiovascular, sino también hay que poner el foco en la prevención y tratar a pacientes con riesgo moderado.
4. Diabesidad
Durante el 2020, junto con la pandemia de la Covid-19, otra pandemia más silenciosa pero igual de dañina se extendía por el mundo: la diabesidad. Las personas con diabesidad son aquellas que presentan a la vez diabetes y obesidad, dos enfermedades que juntas incrementan aún más el riesgo de desarrollar otras enfermedades como hipertensión, un accidente cerebrovascular o insuficiencia cardíaca, entre otras.
El Dr. Javier Escalada, director del departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra, recalcó durante el encuentro la necesidad de ponerle freno a esta epidemia del S.XXI.
Aun así, la diabesidad supone un desafío por varios motivos: en primer lugar, por su alta prevalencia; y, en segundo lugar, por su implicación directa en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Además, el problema es que en España la obesidad no se considera aún una enfermedad demasiado grave.