La UER (Unidad de Epilepsia Refractaria) del CNA (Centro de Neurología Avanzada), la cual está compuesta por un grupo de expertos de diversas disciplinas en trastornos neurológicos, ha desarrollado con éxito 8 intervenciones quirúrgicas en 15 días a niños que sufrían de epilepsia compleja y refractaria. Estas intervenciones se produjeron en niños cuyos casos de epilepsia se había complicado debido a que no respondían a los tratamientos con medicamentos.
El equipo encargado de llevar a cabo tales intervenciones estaba compuesto por los siguientes expertos:
- Juan Uranga; director de la unidad y neurólogo epileptólogo
- Javier Márquez Rivas y Mario Alonso Vanegas; ambos neurocirujanos
- Iratxe Maestreo y Estefanía Monge; Ambas neurofisiólogas
Todos estos expertos componen un equipo de profesionales en los campos de la neurología, neurorradiología, neurofisiología, neuropsicología, neuropsiquiatría y la neurocirugía. Además todos ellos son considerados una referencia internacionalmente en sus respectivos campos.
La cadena de intervenciones, las cuales comenzaron el 20 de abril, han supuesto un verdadero logro a nivel médico por haber reunido en un centro a un equipo de profesionales multidisciplinares de nivel mundial. Este equipo se ha encargado de las siguientes acciones:
- Identificar pacientes que puedan beneficiarse de estos tratamientos
- Hacer una selección de las mejores terapias quirúrgicas adaptadas al historial de cada niño
- Llevar la dirección de las intervenciones quirúrgicas de epilepsia refractaria
- Supervisar el preoperatorio
- Llevar el tratamiento hasta su finalización una vez realizada la intervención
Mario Alonso Vanegas, consultor internacional de Neurocirugía del CNA, además de presidente del capítulo latinoamericano de la Liga Internacional contra la epilepsia, ha explicado que la mayor parte de paciente que sufren epilepsia pueden desarrollar una vida normal gracias a los medicamentos antiépilepticos los cuales hacen que dejen de tener crisis. No obstante, hay un 30% de pacientes con epilepsia que no responden de la manera correcta a los tratamientos con este tipo de fármacos.
Los pacientes que han sido intervenidos, aunque tomasen medicación seguían padeciendo eventos de crisis epilépticas, convulsivas o de desconexión del medio. Estas crisis podían darse hasta 40 veces diarias lo que suponía un gran riesgo de traumatismos, caídas y un aumento de posibilidades de sufrir muerte súbita.