Estos son los 3 grandes retos de la Oftalmología española

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La Oftalmología española tiene tres grandes retos por delante. Adecuar sus recursos a la actual y elevada demanda asistencial, incorporar las nuevas tecnologías e innovaciones terapéuticas y responder a las expectativas de los pacientes. Esta ha sido una de las conclusiones de la 8ª edición del Simposio Readyt: Retina Avances en el Diagnóstico y Tratamiento. Se trata de un evento referente en oftalmología organizado por AbbVie, al que han asistido más de 380 especialistas en el área de la retina de toda España.

El encuentro ha servido para abordar algunas de las novedades terapéuticas y tecnológicas en el campo de la Oftalmología. Esto ha contribuido a la actualización de los asistentes en este ámbito, y demuestra el compromiso de AbbVie con la investigación, la sensibilización sobre la importancia de evitar la ceguera irreversible y la formación continua de los oftalmólogos.

Los tres grandes retos de la Oftalmología española

“La Oftalmología es una de las especialidades con mayor demanda asistencial. También concentra una de las mayores listas de espera para consultas y cirugías del Sistema Nacional de Salud (SNS). Teniendo en cuenta que el 80% de los casos de ceguera son evitables o susceptibles de tratamiento, es necesario realizar un abordaje precoz y preciso de las enfermedades oculares. Especialmente, de aquellas que pueden provocar pérdida de visión irreversible, como el edema macular diabético (EMD) o la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).” Son palabras del profesor Alfredo García Layana, director del Servicio de Oftalmología en la Clínica Universidad de Navarra.

Para lograrlo, el profesor García Layana ha señalado la necesidad de identificar los retos a los que se enfrenta el SNS en el ámbito de la Oftalmología. “Existe una elevada saturación de los servicios y quirófanos que se traduce en largas listas de espera, principalmente, debido a un déficit histórico de recursos en esta especialidad. Además, a pesar de que existen nuevas tecnologías y avances terapéuticos y farmacológicos, incluidas las terapias avanzadas, hay barreras para que estos lleguen a los pacientes. Al mismo tiempo, ha nacido un nuevo perfil de paciente: es mucho más activo y su media de edad es más avanzada”.

Por otro lado, se ha reconocido la necesidad de implantar la telemedicina en Oftalmología, especialidad en la que todavía no se estila la semipresencialidad para llevar a cabo el seguimiento de los pacientes. Asimismo, se ha admitido que existe una ruptura de la continuidad asistencial entre atención primaria y especializada y una falta de medición de resultados en salud que impide la obtención de datos clínicamente significativos para los profesionales.

El edema macular diabético, una preocupación creciente entre los oftalmólogos

En el transcurso del evento, una de las patologías más abordadas fue el edema macular diabético (EMD), una de las principales causas de ceguera irreversible. Esta patología ocurre cuando la mácula, la parte del ojo responsable de la visión central y los detalles, se inflama y acumula líquido.

Un informe reciente afirma que el principal desafío que enfrentan 2 de cada 3 oftalmólogos es el diagnóstico tardío del EMD. “No se puede ser permisivo con esta enfermedad”, ha subrayado el profesor García Layana. “El EMD es una patología que provoca ceguera irreversible y, como tal, su detección precoz debe ser una prioridad en la práctica clínica”, ha remarcado.

La detección del EMD es sencilla: se realiza mediante una prueba de imagen llamada tomografía de coherencia óptica (OCT, por sus siglas en inglés). Esta permite realizar lo que se conoce como análisis de biomarcadores. “Este análisis no solo ayuda a distinguir las distintas etapas en que se puede encontrar el paciente con EMD. Además, ofrece al oftalmólogo la información suficiente como para tomar una decisión rápida acerca del tratamiento más adecuado para cada paciente”, ha indicado el profesor Matías Iglicki, profesor de oftalmología adscrito a la Universidad de Buenos Aires e investigador en el International Retina Group (IRG).

Esto se debe a que el análisis de biomarcadores también permite “distinguir aquellos EMD en los que la inflamación juega un papel preponderante, y que por tanto son capaces de predecir la buena respuesta a los fármacos antiinflamatorios de uso intravítreo”, ha afirmado el profesor Iglicki. Tanto es así, que en hasta aproximadamente un 40% de los pacientes con EMD pueden aparecer biomarcadores considerados inflamatorios.

Medicina de precisión en las consultas oftalmológicas

El uso de biomarcadores en la práctica clínica es un paso imprescindible para que la Oftalmología camine en la dirección de la medicina de precisión. Sobre este tema se expresó el profesor García Layana: “Cuanto antes se trate al paciente, más probabilidades de ganancia visual hay. Pero ese tratamiento debe ser el correcto, de ahí la importancia de aplicar la medicina de precisión en las consultas de oftalmología”.

En este contexto, en el simposio se apuntó al uso del implante intravítreo con dexametasona (Ozurdex) como primera opción terapéutica en determinados perfiles de pacientes. Y es que, aunque precisamente los antiangiogénicos son considerados terapia estándar en pacientes con EMD, se estima que aproximadamente un 40% los pacientes no responden adecuadamente a la misma.

“Disponemos de los criterios, consensos y algoritmos para identificar adecuadamente a los pacientes con EMD con biomarcadores inflamatorios y en los que, por tanto, se recomienda el empleo del implante intravítreo de dexametasona. Tenerlos en cuenta en la práctica clínica habitual es crucial no solo para frenar la progresión de la enfermedad, sino para evitar futuros casos de ceguera irreversible”, concluyó el profesor Iglicki.

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