Desde 2018, Novo Nordisk España ha incrementado en un 50% el número de pacientes en ensayos clínicos. Así lo ha detallado Fernando Fuentes, jefe de Operaciones Clínicas de Novo Nordisk en España. Además, en los últimos cuatro años, la multinacional danesa ha invertido 19,1 millones de euros en I+D en nuestro país, una cuantía económica que le ha permitido sufragar la ejecución de un total de 38 ensayos clínicos, para lo cuales se contó con la participación de 1.096 pacientes.
En nuestro país, más de tres millones de personas padecen diabetes. Una cifra que superará los cuatro millones en 2045. Como explica Fernando Fuentes, “a pesar de las mejoras en las opciones de tratamiento de la diabetes, existe aún una clara necesidad de una mejor prevención y tratamiento. Gracias a la investigación clínica, desde Novo Nordisk contribuimos activamente con el desarrollo de nuevos medicamentos y mantenemos nuestra responsabilidad de evaluar con rigor nuestros productos para documentar su eficacia y seguridad”.
El valor compartido de la investigación clínica
El valor que aporta dicha investigación es claro y comprende, en opinión de Fernando Fuentes, diferentes ángulos. “En primer lugar para los pacientes, puesto que su participación en ensayos clínicos hace posible que se dispongan de más y mejores tratamientos para la diabetes, hemofilia y otras áreas terapéuticas. Además, la instrucción recibida durante el ensayo clínico puede ayudarles posteriormente en el tratamiento de su enfermedad. En segundo lugar, para los investigadores y los centros donde se realizan los ensayos clínicos, supone también un plus de entrenamiento en el tratamiento de las enfermedades, que luego se traduce en un mejor seguimiento y actuación con los pacientes. Por último, nuestra actividad de investigación clínica genera un impacto positivo en el progreso de la ciencia y de la economía local”.
En concreto, un 71% de las personas con diabetes creen haber adquirido mejores hábitos de alimentación tras haber participado en un ensayo clínico. Mientras que el 74% de los profesionales sanitarios coinciden en que los beneficios de la participación para los pacientes se extienden más allá de la duración del ensayo clínico.
Por otro lado, el conocimiento que adquieren los profesionales sanitarios con su participación en investigaciones clínicas contribuye, en último término, a mejorar la asistencia de los pacientes y a la realización de otras investigaciones en los centros. De hecho, un 75% creen que los ensayos clínicos contribuyen a mejorar de forma general el tratamiento y la asistencia de los pacientes en su hospital/clínica.
Para el jefe de Operaciones Clínicas de Novo Nordisk en nuestro país, “la labor de colaboración directa, estable y a largo plazo con nuestros centros u hospitales donde realizamos los ensayos, contribuye a una mayor implicación de los médicos en el acceso a la innovación terapéutica. Tanto es así, que incluso ambas partes compartimos el objetivo principal de mejorar la calidad de vida de los pacientes con diabetes, hemofilia y otras enfermedades”. Sin duda, la investigación clínica es un proceso complejo y muy bien regulado que se basa en la colaboración entre la industria, hospitales, pacientes, profesionales, gobiernos y autoridades sanitarias.
El valor de la investigación a la sociedad
No obstante, la investigación clínica también aporta valor a la sociedad, más allá de la generación de datos de eficiencia y seguridad. Esta tiene un impacto positivo en la economía local ya que, por ejemplo, por cada persona contratada en investigación clínica se crean varios puestos de trabajo.
Asimismo, los avances científicos basados en la investigación clínica se difunden a través de redes y publicaciones científicas, lo que fomenta las mejores prácticas en la asistencia. “Pero la investigación clínica puede crear aún más valor para todas las partes interesadas y para la sociedad en general. Para ello, es fundamental trabajar hacia la consecución de objetivos comunes”, concluye Fernando Fuentes.